Es cierto que no he practicado disciplinas duras con mi Da Bomb Cherry Bomb, y por tanto, no he podido constatar la falta de rigidez o resistencia que siempre se aduce sobre el horst link, o articulación en las vainas, frente a la articulación sobre las punteras, en los tirantes. Este ha sido siempre el aspecto que yo he visto más negativo en este tipo de suspensión, sobre todo en bicis destinadas a un uso duro a favor de la gravedad, como el freeride o el descenso.
Pero ahora que lo he podido probar a fondo en mis carnes, creo que las ventajas a la hora de frenar del horst link son tan grandes frente al monopivote o al paralelogramo deformable four bar linkage, ya sea tipo Kona o tipo Rocky Mountain, que una vez más mi mente se ha abierto respecto de este asunto, que yo creía cerrado. Para mí hay dos grandes familias en los sistemas de suspensión trasera: los monopivotes y los que incluyen una articulación horst link. En los primeros, incluyo a los efectos de fuerzas de frenado a los sistemas de paralelogramo deformable con articulación sobre las punteras, en los tirantes, caso de Kona, o Trek en sus Session, puesto que se trata de verdaderos monopivotes a los que se les ha añadido una serie de palancas para desmultiplicar las fuerzas sometidas sobre el amortiguador y crear la curva de progresividad requerida; y también incluyo a esos otros sistemas más o menos camuflados con basculantes y unas bieletas en vez de un paralelogramo, al estilo de las motos, como los usados por Commençal y Rocky en sus RMX, pues igualmente anclan la pinza de freno trasero sobre el basculante formado por las vainas. En los que usan horst link he decidido incluir, tanto a los paralelogramos de cuatro barras como el caso de mi Da Bomb y las Mondraker Factor o Foxy, por ejemplo, como al FSR de Specialized, que es lo mismo de las Devinci o las Norco. Los tan de moda sistemas de punto de pivote virtual de las Santa Cruz, Lapierre, Giant o Iron Horse, que si nos fijamos tienen una articulación en las vainas, solo que en lugar de junto al eje trasero, lo tienen cerca del pedalier, y por la parte superior del triángulo trasero funcionan como un four bar linkage, no pueden ser asimilados a los sistemas con enlace "horst", porque al fin y a la postre, al frenar se produce el mismo efecto de bloquear todo el triángulo trasero como más adelante explico. Establecer un paralelismo entre el vpp y el sistema turner tipo kona de toda la vida puede parecer descabellado, pero si lo pensamos bien, en cuanto a transmisión de fuerzas en la actuación del freno trasero, deben ir englobados en el mismo saco.
El fondo de la cuestión estriba en el punto al que se ancle la pinza de freno, bien en la vaina, bien en el tirante, pues tanto en una como en la otra ubicación provoca efectos muy distintos en el funcionamiento de la suspensión. Veamos un claro ejemplo de esto, fácilmente comprobable por nosotros mismos sin salir de casa. Si me subo en mi Stinky y amortiguo repetidamente sin tocar los frenos, puedo constatar que la bici sube y baja sin moverse del sitio porque la suspensión actúa libremente. Pero si pruebo a hacerlo accionando fuertemente el freno trasero hasta bloquearlo, ocurre algo curioso: cuando se comprime la suspensión, la bici avanza, y cuando el amortiguador se extiende, la bici vuelve a su sitio original. Esto es así porque al frenar, la rueda se hace un bloque con el basculante, el cual, al amortiguar describe una curva que hace girar, aunque sea levemente, la rueda. En la práctica se traduce en que si frenamos bruscamente sobre baches, cada vez que la suspensión se comprima, al mismo tiempo se ve obligada a empujar a la bici -y su piloto, claro- hacia delante. Mover ese peso rápidamente no es físicamente posible, y el movimiento de la suspensión se ve, por tanto, muy ralentizado e incluso, en los peores casos, bloqueados. Lógicamente, este efecto será mayor o menor según el recorrido de la suspensión, la velocidad, el peso total, y la localización del punto de giro del basculante.
Ahora hagamos lo mismo con una bici con horst link, y descubriremos -en mi caso, maravillado- que si hundimos la suspensión con el freno accionado, la bici no se mueve del sitio, porque el llevar la pinza sujeta al tirante y no a la vaina lo asimila a llevar un sistema de pinza flotante con un tirante horizontal de reenvío al cuadro -como el sistema DOPE que Kona ha introducido este año en su gama, el tirante de reacción de las Stab de toda la vida, o el que lleva la Gemini DH y las Foes de descenso, por poner tres ejemplos claros-, que no hace sino independizar el funcionamiento del freno del de la suspensión: si se bloquea la rueda por acción del freno, el basculante puede subir y bajar sin que la misma le acompañe en su giro. La rueda bloqueada no forma un bloque con las vainas, sino que lo hace con los tirantes o con la pieza que va unida por un lado al eje de la rueda y por arriba al tirante de reacción, de modo que se contrarresta el giro del basculante al amortiguar y así la rueda no empuja a la bici en su compresión, y como resultado la amortiguación sigue funcionando si frenamos al pasar por baches, porque no tiene que desplazar ningún peso extra.
Esto es, explicado un poco rápido, lo que ocurre cuando frenamos, y el efecto de llevar un horstlink o un sistema de freno flotante. El caso es que incluso los corredores profesionales de descenso prefieren acarrear un sistema de freno flotante que les permita frenar y amortiguar al mismo tiempo, aunque implique mayor peso y complejidad mecánica.
Liberad vuestro sistema de frenada y de paso echad un vistazo a http://www.therapycomponents.com/floater.htm
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