Próximamente volvemos al ruedo, y en la misma plaza donde me llevé la mayor cogida de mi vida, que casi acabó conmigo.
Sí, hay que volver a torear, y enfrentarse a ese morlaco astifino, esa curva de entrada a meta, muy rápida, con cambio de rasante, de la que se sale rozando los 200 km/h.
El Autodromo do Algarve nos espera, a mí y a A.L., que con su Kawa ZX10R me acompaña, o lo acompaño yo a él, qué más da.
Daremos algunos buenos pases, y espero y deseo que rompamos barreras mentales y físicas, y disfrutemos de un gran día acompañados de mis hijos, que no se quieren perder mi reentré, y es que habrán sido doce años, un mes y cinco días sin pisar un circuito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.