martes, 28 de marzo de 2023

Cambio de aro

Llevo un tiempo con la rueda trasera de una de las bicis hecha un ocho, y la desviación se ha agravado en las últimas salidas. Aunque en marcha no se nota, la verdad sea dicha, y desde la aplicación de los frenos de disco esta problemática pasa a un estadio prácticamente estético, una rueda que no está centrada es indicativo de que algo no está bien. Aunque sólo sea por repartir el esfuerzo correctamente, hay que tratar de hacer las cosas bien.
El caso es que hace un año se metió una rama entre los radios y el cambio trasero, provocando una seria caída, que aunque no tuvo repercusiones en mi cuerpo, sí acabó con la patilla del cambio, y el propio  mecanismo del cambio, que tuvieron que ser cambiados. Y buscando la causa del doblez de la rueda, tras tratar imposiblemente de enderazarla, descubrí esto:


Quizá me pasé apretando ese radio, quizá es consecuencia de la rama, quizá la fatiga del material, quizá quizá quizá. El caso es que yo ya sabía, cuando las compré, que el juego de ruedas con radios de titanio y llanas FRM eran ligeras... y delicadas, como todo lo ligero.
Ahora están de moda las llantas de garganta ancha, de más de 30 mm. Hay que cambiar los estándares para vender, eso es así. Cuesta encontrar algo igual, o parecido aunque sea. FRM prácticamente imposible, vamos, que no lo he conseguido. Al final, tras dar muchas vueltas navegando, encontré una DT Swiss prácticamente igual en medidas:


El proceso de cambio de aro es más o menos fácil, ya lo he hecho alguna otra vez, y lo aprendí allá por el 2007, viendo un video de freeride, en el que Rithie Schley hacía lo propio y me llamó la atención el sistema.

Richie en el Red Bull Rampage

Lo primero es aflojar los radios casi completamente (como llevan años apretados, quizá alguno puede estar gripado, y haya que tener algo de paciencia y un poco de aceite aflojatodo) :


A continuación se unen los aros con cinta adhesiva, haciendo coincidir los agujeros donde irán los radios, y el de la válvula:


Y ahora sólo queda ir terminando de aflojar del todo, una por una, las cabecillas de los radios, sacarlas con cuidado de que no se caigan al suelo (y salgan despedidas a algún sitio recóndito, o caigan en un sumidero, o algo, o se queden dentro de la llanta, que luego sacarla es un coñazo). Para esta última empresa, yo uso un palillo mondadientes partido por la mitad, que se ajusta al agujerito de la cabecilla y permite sacarla del aro viejo, introducirla en el nuevo, y dar las primeras vueltas para que enrosque en el radio que hemos pasado de un aro al otro:


En esta siguiente toma se pueden ver un par de cabecillas-radios ya pasados a la nueva llanta, y otras que aún quedan en la vieja:


Y ya está, no tiene más misterio. Lo que sí es misterioso es el proceso de apretado (poco a poco, con muuuucha paciencia) y centrado de la nueva rueda, pero eso daría para escribir un libro entero, y lo considero un arte, la verdad. Yo con esta rueda he tardado casi dos horas en el proceso completo, pero creo que el centrado se me complicó bastante por ser los radios de titanio, que es un material con peculiaridades elásticas menos predecibles que el acero normalmente empleado para su construcción. 

Ahora, un par de imágenes con el peso de las llantas, con una buena diferencia de 50 gramos. Así y todo, 420 gramos es una cifra muy buena para un aro de 27'5, me doy por satisfecho, sobre todo si va a resultar más resistente que el FRM.

DT Swiss


FRM

 

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