OJO: se viene tocho. Si no le gusta leer, y prefiere permanecer ignorante de acontecimientos históricos que conformaron lo que hoy es Europa, y que explican nuestra situación actual, pase de largo esta entrada.
'Die Anschluss'
En la agitada Europa entre los siglos XVII y XIX, las fronteras eran un flan. Se sacudían ante cada ejército invasor, que los había de todos los colores.
Grupos étnicos definidos permanecían décadas divididos bajo distintos yugos, esto hizo surgir los primeros nacionalismos que luchaban por mantener su idiosincrasia, idioma e identidad. Uno de ellos, el pangermanismo surgió al principio del siglo XIX, durante las Guerras Napoleónicas. Los germánicos habían quedado divididos entre el Imperio Alemán y el Imperio Austrohúngaro. En este último los germánicos eran minoría al lado de los checos, eslovacos y húngaros. En la Primera Guerra Mundial ambos imperios fueron perdedores y se redefinieron sus fronteras. El Imperio Alemán perdió gran parte de sus territorios y se convirtió en la República de Alemania. Por su parte el Imperio Austrohúngaro fue desmembrado generando 6 nuevas naciones, una de ellas Deutschösterreich (Austria Alemania). El Tratado de Versalles impedía que algunas de estas nuevas naciones se fusionaran, pero no contaban con la aparición de Hitler.
El nazismo era poco afecto a cumplir tratados y reflotaron la idea. En Austria surgieron espontáneamente, y no tanto, movimientos afines a las juventudes hitlerianas que actuaban como brazo armado del partido nazi austríaco. Los cancilleres socialcristianos de Austria enfrentaron varios intentos de golpe de estado alentados desde el una Alemania expansionista. A principios de 1938 Hitler presionaba abiertamente al presidente austríaco Wilhelm Miklas para que removiera a su canciller Schuschnigg y lo reemplazara por Arthur Seyss Inquart, un lugarteniente de Hitler. El hecho de que Inquart manejara las fuerzas de seguridad en Austria, le facilitó a las juventudes hitlerianas locales organizar atentados desestabilizadores sin ser perseguidos. Hitler decidió que ya se habían agotado las instancias de negociación y pasó a los hechos movilizando 150.000 soldados a la frontera. Acorralado, Wilhelm Miklas cedió y nombró canciller al títere de Hitler. El 11 de marzo de 1938, Arthur Seyss Inquart neutralizó a las fuerzas militares austríacas para dar vía libre a una invasión alemana. La mañana siguiente, las primeras tropas alemanas cruzaron la frontera encontrando el camino despejado hasta Viena donde fueron recibidos por una multitud exaltada y fervorosa. Se había concretado el Anschluss (anexión).
Al conocerse la reacción local, el propio Hitler cruzó la frontera en horas de la tarde. Esta de más aclarar que ninguna nación movió un dedo para salvar a Austria. Para que no dijeran que era un dictador desalmado, Hitler organizó un plebiscito para que el pueblo austríaco se expresara en las urnas sobre la aceptación o el rechazo de la ocupación alemana. EL 10 de abril, los austríacos se movilizaron masivamente para votar, aunque no encontraron presidentes de mesa, fiscales y mucho menos cuartos oscuros con dos boletas. La votación era nominal y frente a un agente de las SS alemanas que le entregaba un papel que decía '¿Estás de acuerdo con la reunificación de Austria con el Imperio Alemán y votas en favor de la lista de nuestro Führer Adolf Hitler?', abajo había un círculo gigante con un 'Si' y un círculo diminuto con un 'No'. Nos es broma, fue así:
El sí ganó con el 99,73% de los votos. El hecho es que ese 0,27% representa a 11.929 austríacos que con cojones u ovarios de acero dijeron ¡no! frente a un oficial nazi. Este mamarracho disfrazado de referendum condenó a Austria a formar parte del III Reich.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el gobierno interino austríaco declaró nulo el 'Anschluss' y fundó la Segunda República Austríaca. Aunque esto no significó recuperar su libertad, permaneció bajo la tutela de EE.UU. y la URSS hasta 1955. Arthur Seyss Inquart fue condenado a muerte en los juicios de Nürenberg.
Hace más de seis meses, Rusia invadió una parte de Ucrania, anexionándose recientemente territorios de importancia estratégica, declarando oficial tal anexión en un acto formal la semana pasada, con referéndum incluido. Lo que ocurrió en la primera mitad del siglo pasado está pasando de nuevo ante nuestros propios ojos.
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