Me debato a la hora de hablar de este vehículo. Uno ve estos SUV premium y piensa siempre que deben ser unos pepinos de cuidado, con sus enormes ruedas, sus salidas de tubo de escape, su presencia.
Pero la realidad es otra muy distinta, y todo viene determinado por un factor fundamental: el peso.
Su enormidad injustificada tiene que pagar un peaje en forma de resta de prestaciones, aumento de consumos, y disminución de seguridad por motivos obvios. Pero al cliente target estos hechos constatables le importan un carajo. Y también por motivos obvios.
El BMW X4 3.0 Xdrive (modelo 2014-2018) es un aparato que se engloba dentro de la extensa gama de vehículos de utilidad deportiva de la marca bávara, que comprende todo tipo de tamaños y colores, así como de motorizaciones térmicas, híbridas y eléctricas. Hay donde elegir, pero escojas lo que escojas, siempre será la opción incorrecta.
El bicharraco pesa la friolera de 1890 kg en su versión de dos litros gasolina. El ejemplar probado corresponde al tres litros gasolina turboalimentado, motor de seis cilindros que rinde 245 cv, que se antojan pocos para un motor de ese calibre (supongo que buscando algo más de facilidad de uso y mayor par motor a bajas revoluciones). Aunque la cifra pueda parecer seria para el usuario acostumbrado a utilitarios, en un armatoste de este calibre, que con un par o tres de ocupantes y medio tanque lleno puede superar fácilmente las dos toneladas, se antojan un poco justos a la hora de acelerar.
Porque hay que tener en cuenta que estamos ante un coche premium, y ese adjetivo no se debe referir sólo al precio, o a los acabados, o al servicio post-venta, sino también al nivel prestacional. Este coche no debería de fabricarse con menos de 300 cv para mover con soltura, con una mínima dignidad, los más de 60.000 euros que costó.
Sobre el interior, nada que objetar: ajustes intachables, buena calidad percibida, mandos fáciles de encontrar y de usar, asientos cómodos y deportivos a la par, buen sonido de audio, buena insonorización. Es un vehículo bien aislado, con calidad de rodadura, poco ruido aerodinámico, y fácil de conducir. El único pero que he encontrado es que puede resultar molesto acceder a las plazas traseras porque el pilar C está bajo e inclinado como consecuencia de su diseño estilo cupé, pero hay que reconocer que una vez dentro no falta espacio para la cabeza.
La trasera es, quizá, la parte más discutible del diseño general, aunque en verdad prácticamente todo es un sinsentido, y a pesar de los clásicos recursos estilísticos de juegos de formas y colores para evitar la apariencia de lo que realmente es (un cachalote motorizado, vaya), el resultado sigue resultando decepcionante, y mucho menos redondo que el de su hermano mayor el X6, por ejemplo, o un Mercedes GLC, ambos un poco más agraciados, aunque no demasiado:
Dejo para el final las sensaciones en la conducción. La vaca quiere correr, y si uno se aplica es capaz de conseguirlo, pero debe tener en cuenta que por debajo de 4.000 rpm le cuesta despegar. No se nota la cilindrada ni el turbocompresor, transmite un desasosegante espíritu de adormecimiento, y sólo cuando se pisa a fondo y se deja que el cuentavueltas suba y suba, acompañado de un sonido bastante chulo (todo hay que decirlo), la cosa empieza a pasar rápido bajo las ruedas.
La estabilidad es intachable, y creo que los ingenieros han hecho un buen trabajo para conseguir controlar semejante masa que puede viajar a ritmo de autobahn sin despeinarse una vez lanzado, sin vibraciones ni movimientos parásitos en el volante. La tracción total y las bien regladas ayudas electrónicas hacen un trabajo impecable, pero uno no deja de preguntarse porqué escoger este X4 en vez de un serie 5 GT, o un 5 Touring, más o menos en la misma gama de precios, pero mucho más satisfactorios dinámicamente.
Como decía, el vehículo se deja conducir con facilidad a pesar de su tamaño y peso, con un balanceo casi inapreciable, muy buena tracción en curva (probado en curva con suelo mojado y yendo ligerito, no se movió ni un milímetro), y frenos suficientemente potentes. Pero sí noté un excesivo hundimiento de la suspensión en transferencias de peso: se hunde de delante en frenadas, y de atrás si aceleras con contundencia. Es un efecto llamativo en un coche, que rara vez he sufrido, pero en este X4 es ostensible, seguramente por la repetida cuestión del peso y un mayor recorrido de suspensión que el de una berlina al uso.
En definitiva, no es mal coche, no, teniendo en cuenta las pocas (pero importantes) discapacidades que presenta. ¿Me gastaría mi propio dinero en uno? Jamás. No le veo sentido, no me llena. Ese motor montado en un serie 3 Touring, o un serie 5, lo hará volar, sin ninguno de los inconvenientes que el X4 presenta. Eso sí, no impondrá tanto respeto cuando lo veas llegar por el espejo retrovisor, que a lo mejor es lo que busca el dueño...
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