Llegó el momento de cambiar la flaca. Después de mucho leer y también después de semanas de búsqueda y dudas, me decidí por una Émonda ALR, la versión fabricada a base de latas de refresco recicladas, que un tipo me ha enviado desde Ronda, en Málaga.
Se comportó de maravilla, sorprendentemente cómoda, manejable, con geometría cojonuda para lo que la usaré, y además la talla 52 me viene clavada, pareciera que la diseñaron y fabricaron pensando en mi fisonomía!!
Como buena Trek, acabados impecables en pintura y soldaduras especialmente camufladas en las zona de la pipa de la dirección y donde el tubo superior se une al del sillín. Lo más "normalito" es el juego de ruedas, un poco demasiado básico, pero es que la marca tiene que abaratar costes por algún sitio para ofrecer un producto de tal calidad a un precio adecuado. Todo no se puede tener, y tampoco es algo que no tenga arreglo..
El resto de los componentes son Bontrager, marca de accesorios de la casa, buena calidad, aunque quizá no los mejores en esta gama de precios. Aún así, la bici ha pesado, con pedales y los dos horribles botelleros de plástico, 8'800 kg, que no está mal para una flaca de aluminio en gama de acceso.
Sus prestaciones me tienen maravillado, y rápidamente he rebajado todos mis tiempos en las rutas habituales.
Cojonudo.
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