George Raymond Richard Martin (Bayonne, Nueva Jersey, 20 de septiembre de 1948). Conocido como George R. R Martin, es un escritor y guionista estadounidense de literatura fantástica, ciencia ficción y terror famoso por ser el autor de la serie de novelas Canción de hielo y fuego, adaptadas para la televisión con el título de Game of Thrones.
Llegó a mis manos una antología de relatos de ciencia ficción de este señor. Yo desconocía que se hubiera dedicado a escribir este tipo de literatura, que aunque cercana a la fantasía, tiene importantes diferencias de concepto que, no obstante, George sabe distinguir bien, visto lo visto y leído lo leído.
Mi época de leer obras de fantasía ya pasó, y a partir de los 20 me dediqué sólo a la novela histórica y la ciencia ficción, y es por ello que nunca se me ocurrió mirar la producción del autor de Juego de Tronos.
En esta colección de cuentos cortos, se encuentran los siguientes títulos:
UNA CANCIÓN PARA LYA, (A Song for Lya, 1974)
LAS BRUMAS SE PONEN POR LA MAÑANA, (With Moming Comes Mistfall, 1973)
LA SEGUNDA CLASE DE SOLEDAD, (The Second Kind of Loneliness, 1972)
DESOBEDIENCIA, (Override, 1973)
OSCUROS, OSCUROS ERAN LOS TÚNELES, (Dark, Dark Were the Tunnels, 1973)
EL HÉROE, (The Hero, 1971)
FTL, (FTL, 1974)
CARRERA HACIA LA LUZ ESTELAR, (Run to Starlight, 1974)
LA SALIDA PARA SAN BRETA, (The Exit to San Breta, 1972)
PASE DE DIAPOSITIVAS, (Slide Show, 1973)
Todos son buenos ejemplos de ciencia ficción asequible para el lector novel, y agradables para los iniciados, bien escritos aunque con un estilo directo y sin florituras. La idea es lo que importa, y parece que no da tanta importancia a la forma, o sólo le da la importancia justa. Correcto, bien, buenas historias, entretiene y gusta, una buena sorpresa para sobrellevar los calores del verano.
Tengo que avisar que la penúltima historia, "La salida para San Breta", no es tanto ciencia ficción, sino más bien novela de misterio, o sucesos paranormales, algo más del estilo de Stephen King, de quien ya leí muchísimo cuando acabé con mi afición a la fantasía... pero esa es otra historia.
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