Tuve un rato de asueto, y preferí coger la Cherry Bomb para explorar esta zona de Huelva en busca de algún sendero donde dar pedales sin tener que alejarme mucho. Se trata de la parte más alta de la ciudad, a la que domina desde los llamados "cabezos".
En algunos sitios se han practicado pequeños caminos para que se pueda bajar y subir a pie, y también hay algún que otro senderillo que por su desnivel, terreno muy suelto, escalones, y estrechez con gran caída a un lado, pueden ser peligrosos. Reconozco que tuve que echar pie a tierra para bajar un par de veces, pero me gustó conocer estos sitios un poco perdidos.
Se me hizo corto el paseo, y me dirigí al parque Moret, donde investigué diversos recovecos. En esta época del año está tremendamente seco, y se hace muy árido pasear por allí, pues hay poca sombra, y el paisaje es desolador, poco y mal cuidado, con zonas asalvajadas totalmente. Pude comprobar que se está reformando el skate park (por fin, muuuuchos años después de la chapuza que hicieron que era prácticamente inservible), y que las aguas del lago artificial siguen estando igual de sucias y purulentas que a la semana de inaugurarse el parque. Poco que rascar allí con la bici, con un suelo de agarre nulo y múltiples obstáculos que impiden la ciclabilidad fluida.
Menos mal que al menos tenemos que agradecer el carril bici que nos lleva a los magníficos pinares que rodean Aljaraque y El Portil, una maravilla para ir en bici y disfrutar verdaderamente de este deporte.
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