Bueno, yo nunca escondí mi admiración por Brad como actor. Creo que la totalidad de sus películas me gustaron, o mejor expresado: me gustó su actuación. Y ello a pesar de que tiene un corto repertorio de expresiones y maneras que repite hasta la saciedad.
Lloro cada vez que veo a Pitt derrumbarse por la muerte de su hermano en Leyendas de pasión, y lo vuelvo hacer cuando matan a su mujer. Me lo paso pipa cada vez que visiono Malditos bastardos. El árbol de la vida es impresionante. El Club de la Lucha un referente. Y así.
Hace un par de semanas pude disfrutar de momentos memorables viendo Erase una vez en Hollywood, que como sabrán está protagonizada por Pitt y Di Caprio, entre numerosos cameos de interesantes actores y actrices. Soy fan de Quentin, pero reconozco que Erase no es para cualquiera, como tampoco lo es Ad Astra. Erase es una película de cine que va sobre el cine, y relata fundamentalmente el comienzo de la decadencia en la carrera de un actor de éxito, encarnado por Leonardo Di Caprio, cuyo mejor amigo, compañero de fiestas, guardaespaldas, y chico para todo, es su doble especialista para escenas de acción, Brad Pitt. La peli es larga, y Tarantino, como siempre, se recrea en escenas laaaargas y que pueden difícilmente encajar en la trama, se podrían considerar prescindibles, pero todo tiene un fin, un objeto, y es dirigirnos al momento final, el remate, el culmen de la cinta, algo así como que los asesinos de Sharon Tate, los locos seguidores de la secta de Manson, se equivocaron de chalet y acabaron en el de Leoardo di Caprio, que es bravamente defendido por Pitt y su american stafordshire terrier entrenado. Ni que decir tiene la orgía de sadismo, sangre y golpes gratuitos, aderezados con lanzallamas, disparos, cuchilladas, etcétera, es un disfrute para el director, conocido entre otras cosas por su afición a ese tipo de planteamientos violentos.
Leonardo está para quitarse el sombrero. No menos que con Brad Pitt, que lo borda, con esa mezcla de tipo sabio, fuerte, sagaz, hábil... y además guapetón a sus 55.
Y ayer vi Ad astra. Mmmmmmm, no sé por dónde empezar a la hora de hablar de ella. Casi que podría decir que Brad hace un buen papel, serio, alejado de sus clichés típicos, haciendo de comandante de Spacecom, una mezcla entre la NASA y las fuerzas armadas de los EUA. Le encargan una misión sencilla consistente en ir a Marte y mandar desde allí un mensaje a su padre, un astronauta famoso que parece estar vivo -aunque este hecho se ha ocultado al público durante treinta años- en los alrededores de Neptuno. El caso es que, como era bastante previsible, el comandante tiene que ir hasta el lejano planeta a resolver sus problemas freudianos con el progenitor.
Numerosos fallos científicos que hoy día ya no se deben perdonar en una película de millonario presupuesto como ésta, son suficientes para echar por tierra la calidad de la obra. Pero es que si nos centramos en el guión, la historia, puede ser aún peor la cosa: el 95% de los personajes dan claras muestras de tara mental o estupidez importante; hay varias escenas que son casi prescindibles y poco aportan, amén de calcos y plagios de películas previas, incluso de hace cuarenta años. Y lo peor es que el papel de la pareja sentimental del comandante Pitt, interpretado por Liv Tyler, aparece unos segundos al principio, y otros tantos segundos al final, sin dejar que disfrutemos de su belleza cándida y espectacular.... Un desastre, vamos.
Pitt produce la cinta, y su interpretación no es mala, pero es difícil defender la obra en su conjunto.
Erase: 8/10
Ad astra: 5/10