domingo, 9 de septiembre de 2018

Q3, la sorpresa

En un reciente viaje que pronto relataré en este mismo espacio, tuve la oportunidad de alquilar un vehículo para moverme por autopista, carretera secundaria de montaña con muchas curvas, y algo de ciudad.
La reserva la hice a través de una web intermediaria que ofrece mejores precios que si uno recurre directamente a la propia agencia de vehículos de alquiler. Así, a través de www.rentalcars.com pude alquilar dos días por 83 € un coche que, yendo directamente a la web de Avis, me salía por 143 €. Es un descuento considerable, ciertamente. Allá ellos y sus cuentas.
Reservé un Audi A4 automático, sin señalar nada sobre motor ni tipo de combustible. Se me advirtió en el momento de hacer la reserva que si no había disponible un A4, se pondría a mi disposición un coche similar. Bueno, estas cosas son así, yo ya iba hecho a la idea, pero lo que nunca esperé fue que el aparato disponible fuera un Audi Q3. En principio me chocó algo la idea, sobre todo porque yo quería un coche medianamente amplio y cómodo porque iba con mis padres y equipaje correspondiente. No obstante, cuando en el parking subterráneo de la estación Delicias de Zaragoza pude ver el coche en directo, todas mis dudas se despejaron. No es el colmo del espacio, pero valdría sobradamente para los fines perseguidos.
Esta es la única imagen que pude tomar del vehículo en cuestión, justo antes de que se pusiera a llover torrencialmente:

Motor que queda chiquitín en el vano, atestado de todo tipo de tubos y componentes electrónicos.
Tuve la suerte de que fuera un TFSI de 180 cv, una evolución enésima del sempiterno motor de algo menos de dos litros, con un par de 320 Nm entre 1400 y 3900 rpm, cifra más propia de un diésel, pero que da una idea de lo conseguido que está. 
El aparato pesa poco más de 1600 kg, pero se nota ágil verdaderamente, seguramente fruto de una suspensión firme, y las buenas reacciones de la transmisión. El cambio Stronic de 7 velocidades funciona a la perfección, suave y predecible. El Audi es una delicia de conducir en ciudad, con un sonido ronco pero civilizado, y se puede llevar cómodamente entre apenas 1300 y 3000 rpm, como si fueras un taxista, sin el más mínimo problema o queja, lo que viene bien para aguantar lo máximo posible el consumo, que es el punto débil de este Q3. 

Por ejemplo, en su día conduje un Nissan Qashqai de igual peso y características SUV, pero claramente infrapotenciado, que era como llevar un tractor: lento de reacciones al volante, muy subvirador, se balanceaba como un elefante. El Q3 a su lado está en otra dimensión dinámica, no sólo por motor (que también), sino por manejo.

Más o menos como éste, pero llantas más molonas.
Porque este automóvil anda decentemente, se desenvuelve bien, recupera que da gusto, y corre mucho, 217 anuncia el fabricante, y alcanza los 100 por hora en menos de 8 segundos, que no está más para su peso y concepto. No hace falta más para divertirse si le buscas las cosquillas.

En curvas hay que ser muy bruto para hacerlo subvirar, y tras conducirlo lloviendo en carretera de montaña, puedo decir que el puto carro va de lujo. 

Mucha información, todo claro y a mano. Más que correcto, muy bueno. 
La sensación de calidad es algo que gusta y a lo que uno se acostumbra muy rápido, por desgracia.
¿Barato? Bueno, creo que la versión probada cuesta unos 40.000 euros más extras, pero pocas cosas habría que añadir, supongo. Los acabados y la insonorización son los propios de la marca, bastante buenos. Es cierto que he encontrado el climatizador algo falto de potencia, pero puede haber sido algo puntual de la unidad probada, pues he conducido otros aparatos del grupo y van de cine en ese aspecto. El navegador es poco intuitivo de manejar, por sacarle una pega, pero es que en verdad no hay mucho que criticar más que el precio, si es que no te cuadra, y el elevado consumo que andará entre 9 y 10 litros a velocidades legales en autopista, o ligeramente por encima de 120, unos 12-14 en ciudad, y sobre 7 litros en carretera, cifras bastante alejadas de lo anunciado en el catálogo y la homologación, como suele ser normal. 

Foto de - audi q3 2015
490 litros es bastante, las formas exteriores engañan sin duda. Muy aceptable.
¿Me lo compraría? La verdad es que no lo sé. Pasar a su hermanito mayor, el Q5, tendría sentido para mis circunstancias familiares y personales, pero eso elevaría el presupuesto al menos 10.000 unidades monetarias europeas más, supongo, lo que puede ser excesivo y desde luego es otra liga para la que yo no estoy preparado. Mi mente está en otras cosas, y hay una cuestión de la que no he hablado aún, que es la estética. El auto viene bien terminado, por dentro y por fuera, nada desentona, nada es estridente, y mucho menos en el color gris oscuro metalizado que he probado. 
Pero hasta qué punto es necesario una carrocería elevada y una tracción integral... eso es algo que tiene que valorar cada cual. 
Se nos ha metido con calzador la moda SUV, que no comparto mucho, aunque comparto que pueden gustar por posición de conducción o declaración de un status social. Ahora estamos en tiempos convulsos en los que también se nos quieren imponer medidas como la hibridación de motores, la desaparición tendenciosa de unos y el resurgimiento por arte de magia del hasta hace poco denostado motor de gasolina...

Cada cual que saque sus propias conclusiones, pero nunca es bueno mezclar política y aficiones, y la elección de un coche familiar es algo serio porque tiene (tendría) que durar muchos años y se pasan muchas horas ahí metido: uno debería estar a gusto y ser feliz metido en algo por su propia elección. 

La conclusión es que el Q3 es un coche fenomenal, y lel TFSI 180 cv Stronic es cojonudo. Pero quizá sería igual o más satisfactoria la conducción de un A3 Sportback con igual motorización (y más barato), por poner un ejemplo.

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