Ballard, ese autor de libros extraños.
Su especialidad es la descripción enfocada a crear un ambiente determinado. Quizá ya hablé de esa técnica o recurso cuando conté mis impresiones sobre una de sus más famosas y extrañas obras, llevada al cine con cierto éxito: "Crash".
Volviendo al cristal, en esta novela se cuenta cómo el doctor Sanders viaja a un remoto lugar africano en busca de una pareja de amigos, en el entorno de una jungla en la que todo se está convirtiendo en cristal multicolor, en un proceso irreversible que avanza incesantemente.
No se explican las causas de esta cosa terrible que aniquila toda vida dejándola en suspendo convertida en piedras tan preciosas como inútiles. Por supuesto, se describe una y otra vez el fenómeno, con terribles consecuencias para la civilización humana.
El meollo, lo más interesante, es el planteamiento de los diversos personajes que pululan por la obra, todos bien distintos, con sus personales motivaciones y amores. Y también odios.
Puede resultar confusa a veces su lectura, o al menos a mí me lo ha parecido, y sin duda es intrigante al máximo saber el origen y, cómo no, el final de este proceso cristalizador, cosa con la que nos quedaremos con las ganas pues no se explica ninguna de los dos enigmas.
Parece que este libro forma parte de una tetralogía del autor dedicada a explorar los límites de la extinción de la civilización desde el punta de vista de los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Una ocurrencia como otra cualquiera, a la que no hay que quitar mérito, pues está bien escrito, pero puede resultar, y resulta, tedioso por momentos, amén del detalle de dejarte con un final irresoluto.
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