En él se cuenta cómo Ardilla, una diseñadora ambientalista de prestigio acude a hacerse un registro de personalidad cuando le comunican que el banco donde guardaba su anterior registro ha sido robado y los holocubos destruidos por los asaltantes. Ella decide en ese momento hacer una "copia de seguridad" de su memoria.
Sin embargo, cuando la protagonista despierta en la camilla médica, descubre que algo ha salido mal. Inmediatamente le informan de que ha muerto, y que en realidad es el tercer clon en poco más de dos años en recibir las memorias del original, por lo que su último recuerdo es, efectivamente, el de ir al médico a realizar la grabación.
Es decir, hay un asesino obsesionado con acabar con ella.
La acción se sitúa en un futuro más o menos lejano, en el que el hombre ha sido expulsado de la tierra por unos seres superiores, y habita en otros planetas a base de colonias. En estos, se reproducen ambientes de la antigua tierra en unos parques de atracciones. Ardilla crea arte a base de originar en un entorno "controlado" interesantes fenómenos atmosféricos, y es la mejor en ese campo.
La lectura de este pequeño librito se hace muy amena, mantiene el interés, introduce novedades de fácil comprensión, y nos traslada a un universo posible y en realidad casi reconocible. Es en verdad un thriller policiaco en el que los detalles futuristas son interesantes y forman parte ineludible de la trama. A poco avezados que seamos, iremos intuyendo quien es el/la asesino/a, y tiene un final casi esperado, tanto como prácticamente deseado, tanto por los protagonistas como por el lector.
Bravo. Una lectura breve, pero intensa y considero de calidad.
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