Así quedó Dresde. |
Kurt Vonnegut, un veterano de guerra norteamericano que vivió en sus carnes el citado bombardeo, escribió esta curiosa y fenomenal novela en 1969, en la que explora el siempre recurrente e intrigante campo de los viajes en el tiempo, las relaciones con unos seres extraterrestres, y la experiencia bélica del protagonista en aquella Guerra Mundial que el autor tan bien conoció.
Así fue, así ha sido, así sería, así es, así será... con estas palabras sentencia el narrador ciertos hechos, acontecimientos personales en la vida del protagonista, o de otros personajes de la obra, incluso de situaciones ocurridas, refrendando la cualidad que del tiempo y su naturaleza los alienígenas atribuyen: esto es, que todo lo que fue, es y será existe en un único plano por el que ellos se pueden mover libremente, y que lo acaecido o por acaecer está predispuesto y es inmutable. De este modo, para ellos la muerte no es sino un paso más, y uno puede volver a vivir lo vivido siempre que quiera, o ir más allá del momento actual (lo que es un contrasentido porque no se puede hablar de presente en ese caso).
El protagonista recorre su vida y nos muestra cómo ha sido a base de saltos en el tiempo que se producen de forma involuntaria, y que tienen lugar desde que una vez fuera abducido por esos seres extraños, quienes lo encerraron en un zoo en su planeta. De modo que no tiene poder para elegir a dónde, o mejor dicho, a cuándo se traslada.
Con mucho humor negro, un estilo genial, y matando seguramente sus demonios internos, Vonnegut nos regala esta obra maestra de la ciencia ficción antibélica, un libro que pasa por méritos propios a engrosar la lista de imprescindibles.
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