Max Weber, reconocido como uno de los fundadores de la sociología moderna, fue un tipo muy interesante. Filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo, este alemán nacido en 1854 y muerto en 1920, se especializó en todo lo referente a las relaciones entre la sociedad, la política y la administración pública.
Ha pasado un siglo, pero mucho de lo que dijo sigue plenamente vigente y actual, y no en vano influye e inspira a muchos políticos contemporáneos.
Como buen filósofo, no pudo apartarse del objetivo de definir la ética y las relaciones entre el sujeto y la sociedad. Así, en su libro "El político y el científico", habla de la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, conceptos interesantes, aplicados a un político:
- la ética de la convicción de un político que se rige únicamente por principios morales y donde siempre y por encima de todo, se deben respetar estos principios, como por ejemplo 'decir la verdad', independientemente de las circunstancias. Y por tanto la mentira, por más excepcionales que sean las circunstancias, siempre será un comportamiento ilícito, éticamente reprobable.
- la ética de la responsabilidad considera que el criterio último para decidir ha de fundamentarse en la consecuencia de la acción. O sea decir la verdad continua siendo el principio moral de referencia, pero no se puede aplicar de forma automática.
Según Weber la ética de la responsabilidad es la única aplicable en el mundo de la política. La ética de la convicción tiene un elemento mesiánico que permite evadir responsabilidad pero al mismo tiempo crea ilusión y marca un camino a conseguir. Weber comenta que:
"Cuando las consecuencias de una acción realizada conforme a una ética de la convicción son malas, el que la va a ejecutar no se siente responsable de ellas, sino que responsabiliza al mundo, a la estupidez de los hombres, o a la voluntad de Dios que los hizo así. Quien actúa conforme a una ética de la responsabilidad, al contrario, tiene presente todos los defectos del hombre medio.(...) Quien opera conforme a la ética de la convicción no soporta la irracionalidad ética del mundo. Es un racionalista cósmico-ético".
"Nadie puede prescribir si se debe operar conforme a la ética de la responsabilidad o a la ética de la convicción, o cuando hay que hacerlo conforme a una y cuando conforme a la otra."
"Ambas éticas son complementarias que han de concurrir para crear al hombre auténtico, al hombre que puede tener vocación política."
Este pequeño apunte sobre Weber, para que ustedes comprendan a lo que se refieren algunos al desastre que le sobrevino a Pedro Sánchez, y por ende al PSOE (que lo aclamó, sostuvo y permitió durante años, y con terquedad los últimos diez meses), a su terquedad del "no es no", en una aplicación radical de la ética de la convicción.
Más claro agua.
Es penoso que alguien tan joven y al frente de un partido político tan importante para este país, fuera una persona tan dogmática y cerrada, pero no lo es menos que aún haya un amplio sector de la dirección de ese partido, de la militancia y de simpatizantes que lo sean igual o más.
Esto me lleva a pensar en manos de quién se pone el poder político, las decisiones más importantes que gobernarán a una nación y que afectarán a 48 millones de habitantes. Es necesario que no cualquiera no llegue a formar parte de eso. Hay que tener una mínima formación en valores, en filosofía, en ideas, en carácter, templanza y sabiduría. Ninguna de esas cosas veo a diario en los encargados de dirigirnos.
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