Sinopsis:
Un equipo de burócratas de la Alianza IndoEuropea encuentran dos hechos completamente irrelevantes en sí, pero cuando analizan su relación, encuentran las posibilidades aterradoras. Un vector de una epidemia respiratoria es encontrado esparciéndose por el Mediterráneo, este virus es llamado Nuevo Amanecer.
Un equipo del centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, junto con hobbistas de la genética, desarrollan una cura, y este hecho es olvidado hasta un partido de fútbol, donde al medio tiempo se presenta un anuncio de guirlache (un dulce de almendras y caramelo) la respuesta es desproporcionada, mediante referencias cruzadas de información encuentran que las personas infectadas respondieron descontroladamente al anuncio. La siguiente interpolación es obvia: si alguien creo un virus selectivo que obliga a algunas personas a comprar de forma masiva, ¿qué les impide crear otro que mate también de forma selectiva?
Tres agentes de la alianza Indoeuropea realizan una extraña alianza con un intermediario, cuyo nombre y avatar es "El señor Conejo". Este les promete encontrar el laboratorio responsable, y la explicación de todo.
Este es el planteamiento de la acción. Al mismo tiempo se introduce al personaje protagonista (aunque dudo si el verdadero protagonista encubierto es el señor Conejo...): Robert Gu es un anciano de 70 años que padece Alzheimer, quien al borde de la muerte recibe un tratamiento de prueba que lo recupera de forma milagrosa, pero despierta en un futuro muy, pero muy diferente a lo que él recuerda.
La tecnología del futuro próximo es vestible (weareable), es posible la transmisión de mensajes instantáneo sin electrónica, lentillas electrónicas nos permiten vivir una Realidad aumentada. La valía de una persona no depende de su inteligencia o conocimientos, sino de su capacidad de filtrar toda la información disponible, de la manera mas rápida, para encontrar la mejor solución posible, la aplicación mas brutalmente literal del concepto taoísta de saber sin saber.
El personaje mas enigmático del libro es el Sr. Conejo, existen varias personalidades posibles: el hacker social mas inteligente de todos los tiempos, un superespía internacional, o una inteligencia artificial con mucho, mucho tiempo libre. Esta cuestión se deja sin resolver, o al menos yo no lo he podido deducir de una primera lectura de la novela. Tampoco es que importe, pero si se puede considerar a Conejo como un personaje importante o casi imprescindible, no estaría de más resolver a qué o quién pertenece su personalidad.
Cada vez que Vernor Vinge saca una novela es un evento en la comunidad de ciencia ficción, en el 92 gano el Hugo con Un fuego sobre el abismo, en el 99 con Un abismo en el cielo, y lo volvió a lograr en el 2007 con Al final del Arcoiris.
Este es un libro de ciencia ficción recomendado para el lector interesado en las novelas muy plausibles que traten del futuro próximo, con una carga muy alta de temas de informática y un análisis soberbio del mundo que experimentaremos dentro de algunos años. Todo lo que se lee en ella es verdaderamente posible, y además en un plazo de tiempo no muy lejano si la tecnología sigue avanzando como lo está haciendo.
La tecnología del futuro próximo es vestible (weareable), es posible la transmisión de mensajes instantáneo sin electrónica, lentillas electrónicas nos permiten vivir una Realidad aumentada. La valía de una persona no depende de su inteligencia o conocimientos, sino de su capacidad de filtrar toda la información disponible, de la manera mas rápida, para encontrar la mejor solución posible, la aplicación mas brutalmente literal del concepto taoísta de saber sin saber.
El personaje mas enigmático del libro es el Sr. Conejo, existen varias personalidades posibles: el hacker social mas inteligente de todos los tiempos, un superespía internacional, o una inteligencia artificial con mucho, mucho tiempo libre. Esta cuestión se deja sin resolver, o al menos yo no lo he podido deducir de una primera lectura de la novela. Tampoco es que importe, pero si se puede considerar a Conejo como un personaje importante o casi imprescindible, no estaría de más resolver a qué o quién pertenece su personalidad.
Cada vez que Vernor Vinge saca una novela es un evento en la comunidad de ciencia ficción, en el 92 gano el Hugo con Un fuego sobre el abismo, en el 99 con Un abismo en el cielo, y lo volvió a lograr en el 2007 con Al final del Arcoiris.
Este es un libro de ciencia ficción recomendado para el lector interesado en las novelas muy plausibles que traten del futuro próximo, con una carga muy alta de temas de informática y un análisis soberbio del mundo que experimentaremos dentro de algunos años. Todo lo que se lee en ella es verdaderamente posible, y además en un plazo de tiempo no muy lejano si la tecnología sigue avanzando como lo está haciendo.
La crítica ha sido dispar a la hora de analizar la calidad de esta obra, la verdad, y hay tantos detractores como verdaderos ilusionados con su lectura. Yo pertenezco al segundo grupo, pero es que a mí el bueno de Vernor me tiene conquistado con todo lo anterior que he leído suyo.
Es encomiable y tierno a la vez el esfuerzo por describir la situación y vida de un afectado por el terrible mal del alzheimer, y perfectamente creíble todo lo que le pasa a Robert Gu en su recuperación. Sólo por eso ya merecería un reconocimiento el autor. Pero su calidad va mucho más allá, al conjugar esos aspectos humanos, sus relaciones con sus parientes vivos, una exesposa, hijo, nuera y nieta, incluso los recuerdos de su fallecida hermana, con los problemas de adaptación a una sociedad que es muy distinta a lo que él recuerda, llena de inútiles que se apoyan constantemente en un mundo virtual y a un acceso prácticamente ilimitado a la información en todo momento y lugar...
Me ha gustado mucho, pero reconozco que es un tipo de ciencia ficción dura no apta para todo el mundo.
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