Y eso ocurrió el pasado lunes en la playa de la Barrinha de Faro. Varios días de Levante fuerte alcanzan a esa protuberancia hacia el mar que constituye la ría de Formosa y sus alrededores, dejando como consecuencia un viento offshore muy propicio para surfear con la cometa. Unido a la buena ola que se forma allí, bonita, predecible, con espacio, y con un color de agua alucinante...
En esta ocasión no fueron grandes, pero sí aprovechables. Siempre esperamos que se den estas circunstancias, que nos visitan tres o cuatro veces al año. Fui acompañado de Manu, que se estrenó por fin con la tabla de surf en estas condiciones, no aptas para novatos, y con mi gran Julen, compañero del alma.
Día para enmarcar, muchas emociones, y un agotamiento total tras casi cuatro horas en el agua sin parar apenas.
Hoy, con la resaca y el tiempo de varios días para pensar en ello y asumir, absorber, crecer, asimilar, he decidido dedicar esta breve entrada a aquel día. No tuvimos tiempo ni ganas de tomas photos, pero he logrado robar ésta, en la que salgo yo, el que está con la cometa roja, blanca y azul, en una brevísima parada mientras recogía una mochila para hacer el downwind de vuelta a los coches:
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