Ya la tenemos encima, hemos entrado de lleno. Durante el día, al sol, uno podría estar en manga corta, y un día como el de ayer, casi rayano en el mes de abril, un miércoles cualquiera, propició una navegada de las que tardan en olvidarse.
Más de tres horas en el agua, con tres cometas diferentes, durante las que pude extraer todo el jugo a unas condiciones cambiantes que fueron de menos a más, y pude explorar diversos tipos de navegación y de diversión.
A pesar del reciente cambio al horario de verano, casi se nos hizo de noche, lo que propició alguna bella instantánea con motivo del sunset, típicas en la zona.
El maestro Lolo me prestó gentilmente una Ozone Zephir 17 para aprovechar los iniciales momentos de baja intensidad de viento. Un kite muy distinto a la Cabrinha Contra 15 a la que estoy muy acostumbrado. La Ozone tiene una forma de tirar muy distinta, tiende a colocarse más al borde de la ventana, lo que facilita la ceñida en esas condiciones de low wind, pero también la hace menos potente.
Me llevó un buen rato acostumbrarme a su entrega de potencia, con un tacto de barra menos directo, aunque me gustó mucho su depower y su extensísimo rango. Es rápida para su tamaño, tanto, que entre ese dato, y que no es muy potente, me hace dudar de que realmente tenga una superficie de 17 metros cuadrados.
Buena construcción, aunque su diseño de cinco costillas y los materiales empleados la hace quizá un poco pesada para el concepto de cometa de que se trata.
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