Bueno, por fin ha podido cuadrar todo para hacer, al menos, media ruta con los incombustibles Antuán y Lillo.
Huelva - Gibraleón - Fuente La Corcha - Valverde. Allí tomamos desayuno entre risotadas y jaleo variado, amén de comentarios jocosos en su mayoría sobre la situación parlamentaria nacional. Al final de la tostada, me despido y dejo a la pareja para volver, por carretera, a cumplir con deberes caseros...
El campo, después de las últimas lluvias, está preciosísimo. Es un placer rodar con el pedazo de día que hemos tenido hoy, con el Sol en todo lo alto, y más placentero parar de vez en cuando a comentar algún charco, o como sortear ese obstáculo, o simplemente echar un cigarrito y un par de hologramas bidimensionales que ilustren un poco y hagan más amena esta entrada.
¿Somos afortunados, quizá? Tenemos derecho a ello. ¿Por qué no?
La austríaca se ha portado increíblemente bien, como viene siendo norma. Cada salida que hago con ella, más contento estoy con su compra y más compenetrado y fácil sale todo.
Momento "reposición calórica". Hemos echado de menos a varios compañeros ausentes.
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