Por fin llegó el solsticio más esperado del año, al menos para mí.
Hoy comienza el invierno, y con ello, a partir de ahora los días irán siendo más y más largos. Oh, aleluya!
Oh, osanna!
Es triste para el celtíbero común, y más si uno es sureño por domicilio, que a las seis de la tarde ya se esté poniendo el Sol. Y creo que tengo suerte por vivir al Oeste de la península, porque los que residan en la costa Este se les roban entre tres cuartos de hora y una hora de luz más. EL HORROR.
En fin, podré salir a navegar, montar en bici, en moto, o simplemente pasear, sin tener que engolliparme con el almuerzo, y disfrutaré de un horario más cabal para la práctica de múltiples aficiones. Eso está bien.
Necesitamos el Sol. Necesito el Sol. Personalmente me da vida y energía.
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