Aunque terminé de leer este libro hace una semana, he querido dejar pasar varios días para digerir las sensaciones, las magníficas sensaciones que me ha transmitido.
Hace meses, mi Julen de mi alma me recomendó una película, "El atlas de las nubes", adaptación cinematográfica de la novela homónima de David Mitchell. Aquel film, una curiosa mezcla de historias deslocalizadas en el espacio y en el tiempo, pues sitúa la acción en diversos momentos históricos, desde la prehistoria hasta el futuro, y en lugares dispares de nuestro planeta, conseguía enlazar dichas historias de algún modo, consiguiendo que el todo fuera mejor que las partes. Me encantó.
Investigué sobre el autor, el señor Mitchell, de mediana edad, y no demasiado prolífico, y llegué a conocer esta otra que elegí para leer, "Ghostwritten", traducida como "Escritos fantasma". Para empezar, no sabría decir si esa traducción es correcta, pues la expresión ghostwriter hace referencia a lo que aquí conocemos como a un negro literario, el que escribe para otro. Y es que una de las nueve historias que la novela contiene, está protagonizada por uno de estos escritores.
Nueve historias que hacen un recorrido desde principios del siglo XX hasta la actualidad, y se ubican en lugares distintos, desde oriente a occidente: Okinawa, China, Mongolia, San Petersburgo, Irlanda... con protagonistas bien diferentes, y cuyas historias son radicalmente curiosas por lo que atañe al estilo de vida de los personajes, su situación personal, su relación con el mundo. Tan es así, que el autor es capaz de otorgar estilos literarios diferentes para cada una de estas historias, adaptándose así a las peculiaridades de los protagonistas y sus estatu quo.
Estas historias tienen uno o incluso varios nexos de unión unas con las otras, a veces algo meramente casual, y en otras ocasiones la relación es más estrecha, recurso que ya vimos en el Atlas.
Por supuesto, no desvelaré la trama, pues ahí está el intríngulis de esta ópera prima de Mitchell, que aunque fue su primer éxito, es ya un trabajo que denota madurez, calidad. Tiene su punto de ciencia ficción, y otras veces es realismo puro y duro.
Bravo, David. Siga así.
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