Esto ha desatado gran revuelo, enormes ríos de tinta, y mucha polémica en prensa, foros y blogs. Todo ello motivado, sin duda, por el talibanismo atroz de un gran sector de aficionados a la moto, seguidores acérrimos de la marca del ala dorada, cuyo principal y unísono lema (que no dudan en gritar bien alto y orgullosos, como si fuera su propia empresa o estuvieran asistidos por suculenta nómina o emolumentos por publicidad) de "Honda es Honda". Gran perogrullada, asimismo factible como lo son "una mesa es una mesa", "un caballo es un caballo", o "un tonto es un tonto". Lo que es, es, y eso lo dijeron filósofos griegos hace 2500 años. Nadie va a venir a descubrir la pólvora ahora.
La famosa frasecita se enarbola comúnmente como culminación de una discusión más o menos social, argumentada, y cuando el fiel vasallo del imperio del Sol Naciente ya no puede seguir defendiendo lo indefendible, sale con aquello de "Honda es Honda, y punto". Claro, ya está, me has convencido.
¡No te jode!
No pondré aquí los fotomontajes, sesiones de prensa, renders por ordenador, ni el lamentable miniartículo de la propia Honda en su web oficial cuando presentó el modelo hace un par de semanas. Están repartidos a lo largo y ancho de la internet.
Haré notar, sin embargo, algunos pensamientos que surgen espontáneamente de mi cabezita, basados en la experiencia vivida como tenedor de varias motos desde que cumplí los once años de edad, y muchos miles de kilómetros a sus mandos en todo tipo de condiciones y terrenos.
Para empezar, he tenido dos Hondas. Además, también tuve Yamaha, Derbi, Puch, Rieju, Vespa, Ducati, Harley, Suzuki, KTM y BMW. Seguro que alguna me dejo en el tintero. Y puedo asegurar, desde mi propia experiencia, que Honda no es nada especial en absoluto. Antes al contrario: sus motos son las más anodinas que he probado, junto con las Suzuki. Ninguna de las muchas Honda que he conducido me han transmitido nada especial. Uno cierra los ojos, y puede pensar que está a los mandos de cualquier moto cuando lleva una Honda. Una Honda nunca me ha emocionado, me ha hecho sonreir bajo el casco, me ha hecho gritar de alegría o de emoción. Y esta es una afición que se mueve por sensaciones, por sentimientos, por identificación con una idea: la idea de la libertad, del poder, la agilidad, la emoción, sentirse vivo. Una Honda me hace sentirme tan vivo como lo hace montar en un Vespino SC, es decir, cero. Puedo considerar a Honda como el mayor fabricante de electrodomésticos con ruedas, después de Toyota y GM.
Uno se monta en una Harley y cuando ha conducido cien metros dice "menuda hez de moto: no frena, no amortigua, no corre, pesa media tonelada, y si te inclinas más de 15º rozarás con algo en el suelo". Una Harley es una moto de hace casi dos siglos, y se ha mantenido casi igual en el tiempo. Vende un producto, una imagen y un modo de hacer y vivir el motociclismo. Es una mierda de moto, pero tiene su gracia: son bonitas y suenan de fábula. Para todo lo demás no me sirven. Pero ya han producido una emoción, pueden ser algo único y especial en tu vida.
Lo mismo ocurre con Ducati... u ocurría. He tenido tres Ducati, y todas han sido puntos de inflexión en mi experiencia personal con el mundo de la moto. Todas bellas, mucho, con un sonido espectacular, un tacto de motor que todavía no he encontrado en ninguna otra moto, un chasis único, precioso, que lo tiene todo, y un equipamiento de primera línea. Todo ello aderezado con verdadero y magnífico estilo y diseño italiano. No serán las más rápidas frente al crono, pero lo hacen todo fácil y bonito, te crees Casey a su manillar de lo bien que trazas las curvas, y su capacidad de tracción hace que te comas la goma trasera en cinco salidas a tu carretera de curvas favorita. Cada vez que me he subido en una de mis Ducati me he sentido vivo.
La nueva moto Africa Twin, presentada en el Salón de Milán como True Adventure, no comparte nada más que el nombre con la antigua y legendaria Africa Twin, y además también es una máquina completamente diferente a la 450 que compite en el Dakar. La nueva AT no ha competido en ningún rally, y no puede competir en el Dakar (por culpa del reglamento). Con todas esas referencias a eventos que tuvieron lugar en los años 80 (referencias hechas en la nota de prensa de Honda en la presentación oficial), así como implicaciones veladas de algo que nunca ocurrirá, me hacen pensar en una reunión de viejos alumnos del instituto en el que ves hoy a quien en su día fue el más popular de la clase... convertido en una sombra de sí mismo y con una vida desgraciada.
Bueno, eso es lo que tienen, así que eso es lo que están usando. Estoy seguro de que sus planes iniciales de marketing tuvieron en consideración una eventual victoria en el Dakar 2015, cosa que, lamentablemente no ocurrió (y que muchos, entre ellos yo, deseábamos, más que nada por dar emoción al rally que se ha convertido prácticamente en una copa monomarca). Es curioso que después de ganar las KTM LC8 cambiaran el reglamento hacia motos monocilíndricas. Tras esto, arrasaron las LC4, y dando una vuelta de tuerca, limitaron la cilindrada a 450 cc, basándose en que la mayoría de fabricantes tenían esta cilindrada como la máxima para sus motos de off-road (en verdad, sólo las japonesas lo hacían así). Me pregunto que nuevas variaciones reglamentarias veremos pronto, con la idea de desbancar a la tecnología europea, siempre a la vanguardia frente a los copiones nipones, para lograr que gane una moto de ojos rasgados. Durante casi la totalidad de la historia del Campeonato del Mundo de Superbikes estuvo ocurriendo lo mismo...
De todos modos, la constante referencia a la CRF450 Rally me resulta no solo curiosa, sino muy graciosa, en primer lugar porque la AT no tiene absolutamente nada en común mecánicamente con aquélla, y en segundo término porque no importa cómo lo maquillen: la 450 Rally es la moto que constatemente ha fracasado en ganar el Dakar. Repito que es una pena, ojalá hubieran ganado, y creo que tienen una moto para ello, pero ganar ese rally no depende únicamente de tener la mejor moto (aunque ayuda).
En lo único en que la moto del Dakar puede tener una influencia en la nueva AT es en la electrónica, ya que la CRF450 es la única que tiene control de tracción. De modo que puedo adivinar que su modo off-road estará bastante desarrollado y con suerte lo equipará la AT.
Simplemente, la nueva Africa Twin es una moto muy esperada, pero más que nada porque hay poco donde elegir en ese sector, apenas tres o cuatro modelos (BMW F800, Triumph 800XC, KTM LC8, ¿Yam ST1200?), y es una parte golosa del pastel que quiere llevarse a su huerto. Las dudas sobre su peso y potencia, datos aún no revelados, y su orientación más o menos fuera carretera, determinarán seguramente su éxito más allá de la horda de tifossi hondistas que la compren por el simple hecho de ser una Honda (porque Honda es Honda, ¿recuerdan?).
Es una moto que falta en su catálogo, que dejó de hacer motos trail válidas en el mundo real hace veinte años, y no dudo que traerá color y sabor a un mercado cansado de ver siempre lo mismo. Y además puede hacer reaccionar a los otros grandes fabricantes nipones, lo cual sería algo fabuloso.
El marketing se trata de crear una historia. Honda ya tiene una historia hecha, y estarían locos si no la usaran. Tienen un pasado en el Dakar, pero después lo dejaron. Produjeron una moto llamada "la Africa Twin", y luego pararon de producirla. Ahora ha vuelto al Dakar después de 24 años y quieren ganar de nuevo. Y ahora han mirado al mercado de motos trail (motos de "aventura"), y han decidido que tienen que estar ahí. Es una historia perfecta si pueden aprovecharse de ella y, después de todos estos años, finalmente batir a KTM en el Dakar, y a ésta y a BMW en el mercado de motos "adventure".
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