lunes, 20 de abril de 2015

Panigale (Borgo)



Dirán que es la excelencia hecha motocicleta. Lo será. Yo ya no la veo. Quedé inmunizado hace tiempo.

La moto más superdeportiva, el tacto de chasis más genuino y mágico. La estrechez más raquítica. La dureza, brusquedad, incomodidad... todo ello enfocado a una única causa: destacar y proporcionar lo más sensacional en conducción deportiva... se perdió en la traducción al nuevo idioma de la guerra por las prestaciones puras y duras. 

Lost in traslation.

Sin duda, la Pani es una bestia, una gran moto, pero ha entrado en el Olimpo de las motos para superhombres, o superpilotos más bien. 

Si algo me enamoró de mi 999 era su facilidad de conducción, y cómo una máquina con 30 cv menos que la competencia podía rendir en los mismos tiempos por vuelta. ¿Magia? Claro que sí, la magia de un chasis perfecto, una suspensión de calidad que le iba como un guante, y unos frenos que daban miedo con un sólo dedo. Era, siempre lo dije, la moto perfecta para la carretera, aprovechando un medio régimen demoledor, que traccionaba como ninguna cuatro cilindros podría hacerlo jamás.

El último juego de Pirelli Supercorsa que monté para la calle me duró 1500 km. Gastados por los lados y nuevos por el centro. 

Eran otros tiempos, sin duda. Está claro que hoy valoro otras cosas. Tengo motivaciones diferentes.

Y curiosamente, las vueltas que da la vida: lo más excelso en el mundo en el que me muevo ahora, motociclísticamente hablando, es KTM. Para mí. Yo lo tengo claro, y conmigo muchos, quizá la mayoría de los amantes de la moto de campo. Y aunque el trail no es campo puro y duro, normalmente preferimos motos que se desenvuelvan bien en campo y simplemente cumplan en carretera, a lo contrario. 

Y qué coincidencias tiene la vida, en serio. Chasis multitubular, motor de gran cilindrada unitaria, suspensiones y frenos de primera, embrague hidráulico... una moto sin compromisos, ligera y potente. Fiable y bella. Made in Europe. Sin rival en su segmento. 



Si la KTM 690 Enduro es la Ducati de las trail de peso medio, entonces mi G650GS es como la CBR600 de las deportivas de antaño, como el serranito a la gastronomía o una gorda al sexo: te da lo justo para satisfacerte, pero sin ningún lujo.

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