Y no me refiero al vino, sino al río.
La última ruta en compañía del año fue una quedada multitudinaria del CTA, primera vez que asisto a una, no sé si repetiré.
En su mayor parte, o al menos lo yo hice, siguió el track que rodamos el sábado pasado, y que brevemente reseñé aquí como "pequeña aventura".
Fue interesante ver tantas motos juntas por pistas y caminos. Motos variopintas, de épocas muy distintas, y también conceptos diferentes.
No me quiero extender, y sólo les dejo unas pintorescas muestras electrónicas a color del suceso:
Sitios especiales, algunos espectaculares por su singularidad. Disfruto mucho.