¿Quién no conoce la sensación a vivir en un Estado vigilante, controlador, recortador de derechos? Orwell, en su novela publicada en 1949, ya predijo este tipo de Gobierno a modo de premonición literaria con su fantástica e icónica obra de ciencia ficción titulada "1984".
Algunos incautos siguen creyendo las palabras de los ministros y directores generales de Tráfico cuando explican que todo es por nuestra seguridad, por salvar vidas. Yo siempre digo que hay gente para todo, y que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Es una realidad palpable y comprobable que los radares se ponen en sitios sin peligro, largas rectas con buena visibilidad y si puede ser en bajada, en el 98% de las ocasiones en autopista.
No me vengan con cuentos, no. No cuela ni de coña. Van a la caza y captura del despistado de turno que acariciando suavemente el pedal derecho de su auto sobrepasa el habitualmente ridículo límite de la vía.
Yo abogo por límites variables, dependiendo de las condiciones de ocupación de la vía, y de las climatológicas, y de si es de noche o de día. Tal cosa es posible y se hace en otros países que no enarbolan la bandera de la modernidad a toda costa ni se empeñan en vender la marca Alemania, o la marca Austria, a toda costa, a costa de lo que sea.
Y uno está hasta los mismos huevos de que se gaste el dinero de todos, y por tanto el mío, en sinsentidos que sólo aprovechan a unos pocos que son, fíjese usted, siempre los mismos. Pero el carácter indolente del pueblo español, ese que nos hace aguantar todo tipo de abuso y deshonor, todo tipo de tipo o chantaje, ese que nos permite soportar el goteo diario de corruptelas y delitos varios por parte de los que tienen que manejar nuestro dinero, el fruto de nuestro trabajo, ese, ese carácter, lo permite todo.
Y permite que se gasten millones de euros, con la que está cayendo, en una flota de helicópteros, en buenas y potentes motocicletas, en radares de última generación con tecnología militar que pareciera de ciencia ficción.
La última perla la leo publicada en El Mundo. ¿Por nuestra seguridad? Y un carajo. El último párrafo lo dice todo:
""Con estas nuevas adquisiciones, la DGT pretende recaudar el próximo año alrededor de 360,91 millones de euros en multas a conductores que quebranten las normas de circulación, lo que supone un 6,1% menos respecto a 2014 y la cifra más baja desde 2008, según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2015.""