Lugar: el bautizado en su día como "spot eléctrico", sitio al que hay que ir cuando se reúnan determinadas variables para triunfar como es debido.
Cuándo: ayer.
Quién: Julijustrin, Diego Torres, El Hombre que Susurra a las Cometas, Manu y un Servidor. Javi llegaría más tarde y apenas le vimos el pelo.
Condiciones: de menos a más, desde unos más que aceptables 18 nudos al principio, hasta un buen rato a más de 30 nudos. Cometas empleadas por mí fueron la de 12 metros durante diez minutos, para pasar a la acción con la 9, y una hora con la 7 metros de Manu en el momento de máximo apogeo eólico. Marea muy baja, alto coeficiente, agua de planitud suprema, salvo al final de la mañana que, por tanta fricción con el aire a gran velocidad por su superficie acabó rizándola un poco formando miniolitas en según que puntos localizados. Se pudo pasar más allá de la barra, y navegar upwind y downwind a placer.
Tres percances del shurmano Juli, que a base de golpes y avatares del destino va comprendiendo la seriedad, la dureza, y la misma belleza de este deporte-arte.
Me sorprendió muy gratamente el primogénito de mi estirpe, que se desenvolvía valientemente en el entorno de los 30 nudos, y ganaba terreno al viento con relativa facilidad, al tiempo que le vi practicando algún pequeño saltito.
Cuando Diego se iba, tras una sesión de más de dos horas sin parar el tío, avanzando a pasos de gigante, me sacó una serie de este giro cerca de la orilla:
En resumen: tres horas con un par de minúsuculos descansos se saldaron con un total agotamiento de los músculos de los muslos, y leves agujetas en abdominales hoy. Muy cansado pero indudablemente contento.
Esperando la próxima cita con ansia, y disfrutando plenamente de estos ejercicios físicos extremos a mis 42.
En total libertad, y deseándoles a todos ustedes lo mismo.