En el primer día de este 2014 que comienza, decido dar una vuelta con el SLK después de la última revisión. La temperatura es más alta que estos días atrás, y presto me encamino a una ruta habitual que me gusta mucho, a pesar del deterioro que ha sufrido el firme durante los últimos meses.
Pero la pena es en mí al comprobar que la niebla lo invade casi todo. A ratos tengo que aminorar bastante, y la humedad de la carretera no invita a excesos:
La contrapartida es que no he tenido que adelantar a ningún otro vehículo en todo el trayecto, la soledad matutina de un 1 de enero es maravillosa.
"Eco de una mina", reza en un cartel cuando pasamos por Tharsis, y no muy lejos de allí se me ocurre tomar esta instantánea levemente tratada informáticamente para añadir drama a la visión:
En fin, 100 km se te hacen cortos en un aparato como ese, pero en esas condiciones no se disfruta. Puedo conducir lloviendo, por la noche, con frío y con calor. Pero con niebla no tiene ningún sentido.