Escrache, nuevo palabro de cuño americano (del Sur), que la Wikipedia define como "el nombre dado en la Argentina, Uruguay y España a un tipo de manifestación pacífica en la que un grupo de activistas de Derechos Humanos se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar. Se trata de un método de protesta basado en la acción directa que tiene como fin que los reclamos se hagan conocidos a la opinión pública."
Detestable y repugnante en su concepto, es algo que jamás se debió permitir en modo alguno. Es lo más cerca a los linchamientos de las pelis antiguas del Oeste, o de la caza de brujas de la oscura Edad Media. Me hace mucha gracia, me da la risa floja, y me acabo meando y cagando en todas aquellas acciones llevadas a cabo cuando son amparadas o enarbolando la bandera manida de los Derechos Humanos, concepto éste que estoy totalmente seguro de que el 99% (y me quedo corto, con total seguridad) no se ha parado a investigar, a pensar en qué cosa son, en qué consisten, en si real o verdaderamente existen.
Cuestiones de Filosofía del Derecho aparte, a fecha de hoy, acabando el mes de Junio, parece que ya han pasado de moda los famosos escraches, palabro que me recuerda a la onomatopeya de un derrape o un frenazo, y es que fueron precisamente eso, una pasada de frenada!!!!
MUAHAHAHAHAHAHAHHAHAHA
Paso ahora a recordar esa normativa impuesta por el Gobierno de tintes colectivistas que hace todo tipo de tropelías en esta mi Comunidad Autónoma. Encabezados por IU, la coalición que se autodenomina defensora de derechos, proclamadora de libertades, paladín de los pobres, salvadora de la humanidad en suma, decidieron castigar a las viviendas vacías, o en verdad a sus dueños, a base de multas o directamente mediante una expropiación temporal.
A estos señores no se les cae la cara de vergüenza cuando conculcan uno de los principales derechos recogidos y garantizados por nuestra Constitución. Sí, es un mojón de Constitución, pero es lo que hay, y para un par de cosas buenas o aceptables que tiene, no se duda en cargárselo de un plumazo: al carajo el derecho a la propiedad privada, fuente de toda riqueza, de aquello por lo que muchos luchamos, de lo nuestro, del resultado y premio de nuestro esfuerzo.
A ver, pedazo de mamonazos, si me quitas lo que tanto me ha costado ganar, ¿para qué me voy a esforzar en adelante? Es tan sencillo como ese pensamiento, tan fácil de ver por aquél que no esté obnubilado por el Libro Rojo de Mao, o por las sandeces de Carlitos Marx, que es claro como el agua clara que una vez eliminado el incentivo, el rendimiento decae, y si decae la producción, la economía se va al peo.
Es fácil.
Quizá las cosas fáciles no son tan sencillas de ver, o no justifican la posición de la oligarquía que nos gobierna, nos maneja y nos domina, amparados en el borreguismo, en el abandono por parte del intelecto por tener superadas y cubiertas las necesidades básicas (alimento, casa, vestimenta, educación, sanidad). Defendamos el estado social de derecho, nos va del carajo.
A unos más que a otros, claro, porque ese estado social no se sostiene si no hay alguien que produzca algún tipo de riqueza...
Es por ello que ayer, la UE dio un toque serio a España por la famosa Ley de la expropiación de viviendas vacías.
Y es que, señores, algunos no se enteran de que eso no es solidaridad. La solidaridad es otra cosa muy distinta, e implica que las dos partes aporten algo y se beneficien mútuamente, vayan juntas, solidariamente. NO, lo que la Junta de Andalucía, y por extensión todos los sistemas colectivistas quieren es imponer la caridad obligatoria, y eso no puede ser, porque si es obligatoria entonces deja de ser caridad para ser directamente robar. Me robas a mí para darselo a otro a quien yo no se lo quiero dar.
Así nos va.
Y los que reciben la caridad forzosa, pues tan contentos. No se preguntan, no se cuestionan de dónde viene todo, así es su mentalidad, de esa calaña es su moralidad relajada. Eso sí, no intentes quitárselo una vez que se lo has dado, MUAHAHAHAHAHHAHAHAH, porque enseguida desarrollan un profundo sentimiento de propiedad... y por algo que jamás fue suyo en verdad!!!
Ah, el colectivismo, la democracia, el bien común. ¡Qué asco de palabras y conceptos! Si los creadores de la democracia, aquellos griegos hace tres mil años, levantaran la cabeza para comprobar como se ha prostituido tal vocablo... sus mentes estallarían en mil pedazos por poder comprender cómo se ha llegado a esto.