martes, 23 de abril de 2013

Olvido

Fanático no es la palabra, pero sí se le acerca mucho, bastante.
La ciencia ficción fue lo que me enganchó de pequeño a la lectura, sólo quería leer a Asimov y Sagan. Luego vinieron otros, pero Asimov siempre estaba rondando por algún cajón o sobre la mesilla de noche.
Ya crecido, profundicé en otro tipo de lecturas, sobre todo novela histórica y algunos grandes clásicos en lengua castellana, y por supuesto a Shakespeare, inigualable.
Pero la ciencia ficción estaba ahí, iba y venía.

Con la llegada de la era digital, la revolución que se produjo en el mundo de los efectos especiales en la gran pantalla posibilitó ver cosas increíbles, alucinantes.

Llegó una nueva era, todo era posible, todo era plasmable. Cualquier idea, por enrevesada que fuera, tenía cabida y era realizable, y por supuesto creíble por unos entregados aficionados al séptimo arte, cada vez menos arte, y más técnico. El dinero mandaba, porque la tecnología y los efectos cuestan, y mucho.

Y pudimos ver a los superhéroes clásicos remozados y espectaculares, y la trilogía de Matrix y creérnosla, y el mundo azulado de Avatar, y las precuelas y secuelas de innumerables pelis clásicas. Y me dejo mucho en el tintero, más que nada para no aburrirles en demasía.

Y ahora llega Tom Cruise con este nuevo trabajo para su mayor gloria y boato, como viene siendo habitual en los últimos años:


Empezaré con un pequeño comentario acerca del actor protagonista, el nombrado señor Cruise, quien antaño fuera nominado hasta tres veces a obtener el Oscar. Pero veo, un poco decepcionado, que se ha autoencasillado en un papel, un monotema, algo que te deja con la sensación de deja vue. Porque uno ve Oblivion, y ve cualquiera de las varias Misión Impossible, o Noche y día, y ve al mismo personaje una y otra vez. Vemos a un tipo cuyo nivel de expresividad es equivalente a la capacidad de expresión de una coquina.

¿Por qué? Acaso ya pasa de reconocimientos, piensa que ya a demostrado lo que tenía que demostrar, y va directamente a lo fácil, lo más llamativo para las masas, y lo que desde luego le proporcione mayores y pingües beneficios. Es una opción. Y si es por eso, creo que se equivoca de todas todas.
Este año cumple el señor 51 tacos, y creo sinceramente que lo mejor que nos puede ofrecer está por llegar. Cosas como Eyes Wide Shut, o Collateral están ahí, en su currículum, y no se puede negar la evidencia: cuando quiere, puede.

Pero vayamos a Oblivion, y empezaré esta vez por el final: la peli me ha gustado, bastante, mucho. Un ocho sobre diez puede parecer mucho, pero es que hay que tener en cuenta lo poco que hay de calidad alrededor, y eso da más mérito a algo medianamente decente.

Durante media película se nos muestra lo que queda, o parece que queda, de la Tierra. Se esboza alguna tímida explicación, pero tampoco se dan muchos detalles. Bueno, en ese momento no importa mucho. Pero cuando uno acaba de ver el filme completo comprende porqué se trata así esa cuestión.
Pero más o menos a mitad de peli, la cosa empieza a girar, a tornar, y cada poco rato se producen más y más novedades, y más sorpresas, y todo o casi todo son recursos que ya hemos visto o leído en obras anteriores de este mismo género. Aún así, está bien enlazado, no hay apenas fallos, y lo mejor es que es fácil de comprender y de seguir.
No es como cuando el Arquitecto contaba el problema de la "anomalía" en Matrix Reloaded, escena que conviene ver varias veces para pillar bien el concepto.
No es plan de desvelar los cómos y los porqués, pero haberlos haylos.
Obviamente, no se trata de una obra suprema del séptimo arte, claro que no. Pero es una buena peli que nos entretiene y que trata algunos temas con cierta calidad y también con calidez.

Emocionado me hallo cuando veo los trailers de las pelis que vienen en Junio, cosas como Eysium, o la esperada After Earth. El verano se presenta maravilloso.