Es costumbre hacer regalos, depositados alevosa y subrepticiamente con la oportuna nocturnidad, por unos hombres sabios que al parecer ahora no vienen de Oriente, sino de Occidente, y muy cerca de por aquí.
Sea como fuere, y en un alarde de osadía, en mi casa ha aparecido un presente para mi progenitor. Y no ha sido por arte de birlibirloque, no. Me ha costado mucho esfuerzo de ahorro pecuniario, horas de búsqueda incansable, innumerables visitas a webs y foro especializados, múltiples paseos de tienda en tienda -menos mal que en Huelva hay pocas relojerías-, y al final se cruzó en mi camino este bellezón:
Un gran WOW con ovación incluida, por favor. |
El Monaco, o mejor aún, el MONACO, es una pieza sin igual.
Ya hablé discretamente de él en la entrada relacionada con mi Seiko 7016-5001, que este verano cumplirá sus 40 añitos y que ahora mismo llevo en la muñeca marchando fenomenalmente.
El TAG Heuer Monaco, en este caso el modelo CW2111, monta un calibre denominado 17, que es en verdad un ETA 2892 al que se ha añadido un módulo cronográfico. Tiene como ventajas fundamentales tres: es un calibre poco grueso para su complejidad mecánica, tiene una robustez y fiabilidad contrastada, y presenta la fecha a las seis, en este caso en blanco sobre negro. Siempre con el segundero a las 3, este calibre se usa con una o dos subesferas para contar minutos y horas, y la trotadora del crono es central.
Es considerado un calibre de gama alta, mejor valorado que el típico ETA 7750 Valjoux que montan la mayoría de los cronos suizos, y TAG lo usa en el Monaco y en algún Carrera.
El CW2111 presenta alguna particularidad dentro de los numerosos modelos Monaco de la casa Suiza, pero la más interesante es el uso de un plexiglass por cristal, acercándolo así más al modelo al que homenajea, y dándole un toque vintage muy de agradecer en un peluco de este tipo.
El fondo es ciego, atornillado, y su resistencia al agua es ínfima, por no decir inexistente. En este caso monta una correa de goma que será sustituida en breve por una de cocodrilo, más acorde a la imagen del bicho.
En fin, no quiero aburrirles más con datos estériles sobre ello, sólo espero que hayan disfrutado contemplado el pictograma, que aprecien su belleza objetiva, y si no, les ruego se disparen un tiro en la sién por no merecer seguir con vida en este mundo.
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