Es curioso, porque he disfrutado cada vez que he estado por allí, y siempre es mejor si uno va acompañado. Así que hoy he ido con Pedrito, y de infiltrado nos ha acompañado su hermano Oscar, antaño ciclador de maratones incluso... pero hoy día totalmente fuera de forma, al nivel de Gabi o similar.
Era la primera vez que Pedrito pedaleaba por este terreno, y ha sido todo un descubrimiento para él, quien ha disfrutado como un niño con zapatos nuevos. No tanto para mí, porque las esperas han sido contínuas, y el ritmo lento en exceso, con una media espantosa de unos 10 km/h... pero es lo que hay cuando uno va acompañado por tales elementos.
Adjunto pictografía de una escena campestre paralizada en el espacio-tiempo:
La Sawyer, por supuesto, dando el callo al más alto nivel |
Les pego la ruta y algunos datos, con su compromiso tácito de no reirse:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, quédese a gusto, pero si firma como anónimo nadie lo verá.