Salvo la fuerza del viento, las demás circunstancias se dieron hoy.
Uno llega a un spot que no es el suyo y, bueno, se es reacio a entrar en el agua si no ves que se mete ningún surfero local... De momento hay buen rollo, porque el sitio no está muy saturado, y si hay viento no muy fuerte los locales ni se molestan en ponerse el neopreno.
Yo, como neófito que me considero en el arte del kiteboard, espero pacientemente, miro, observo, estudio. Al final, impulsado por mi maestro/gurú/sensei, nos metimos de los primeros Alberto -de Zalamea, hemos aprendido juntos, otro tío de fuera, y yo, y a la postre hemos sido prácticamente los únicos que hemos navegado, porque cuando los locales decidieron por fin meterse, bajó el viento y todos para fuera.
El que pestañea pierde, está claro.
Escribo estas breves líneas mientras me tomo una coca-light para que me suba un poco el ánimo, reventadillo que está uno después de tantos días seguidos metiendo caña pal cuerpo...
Una toma inmotalizadora de la localización secreta:
El cometismo se realiza en total planitud por el lado izquierdo del espigón, y ya no doy más pistas. |
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