Bien, es harto difícil que una tienda de provincias tenga una unidad de pruebas de semejante artefacto, y más si la provincia es Huelva. Efectivamente, ese modelo de Cannondale no es precisamente una superventas por estos lares, y no creo que sea por una cuestión meramente económica, no. Más bien debe ser un tema cultural. El rollito de las bicis de doble suspensión no se estila, y punto pelota.
El dueño de la tienda me iba a dejar la suya, pero se la robaron hace unos días, lo que viene siendo una putada mayúscula. Los ricos también lloran.
Tiró de fondo de armario y del cajón de sastre, y montó un cuadro suelto que tenía de la temporada pasada, unas ruedas normalitas, transmisión full XTR, y una horquilla Fox que sin duda está lejos de la categoría de la Lefty original de Cannondale, pero que cumple medio dignamente.
La pesé antes de salir, y dio 11'5 kg, lejos del peso de la Scalpel 3, que ronda los 10'3 con pedales -sí, sí, porque hay quien pesa la bici sin los pedales, es estúpido, pero ahí está el dato-.
Al grano.
Para empezar diré que es una bici muy distinta a la Top Fuel. Con la Trek se puede pasear dulcemente, es una bici cómoda y vale para todo. El diseño de la Top Fuel es, si se me permite, más convencional, a pesar de incluir un sistema de suspensión exclusivo... que ahora también usa BH, sin ir más lejos. Al fin y al cabo, y sea como fuere, la Trek funciona como un paralelogramo deformable al uso, y el hecho de que el pivote trasero se localize en el eje de la rueda afecta únicamente a tener un buen comportamiento en el momento de frenar, que no es lo que uno hace mayormente con una bici de rally. Punto a favor de Trek es, sin duda, es la tecnología de fabricación en fibra de carbono. Pionera en tales lides, sus cuadaros OCLV son de lo mejor, pero no sé porqué no son más ligeros: una doble de rally en esa gama de precio no puede pesar más de once kilos, cuando la competencia, por mil euros menos, se queda justo en los 10 kg.
Pero hoy iba a hablar de la Scalpel. Vale, esta burra es indudablemente más racing, claramente enfocada a correr, y de eso uno se da cuenta en la primera bajada rota que se atreva a enchufarse: cuanto más rápido vayas, mejor se comportará su sistema de suspensión. Es algo genial.
Uno llanea rápido porque la bici invita a ello, es ligera, y sus geometrías son las que son: está hecha para correr. Aún así, es curioso, porque Cannondale ha conseguido que tenga una cierta agilidad en caminos revirados, pero también una estabilidad impecable cuando la velocidad aumenta en línea recta bajando.
Su suspensión trasera tiene como principal particularidad la ausencia de pivotes, es decir, que trabaja por flexión calculada en ciertos puntos de las vainas y tirantes. A esto se le llama "softail", y no es nuevo, no, hay varios ejemplos de bicis clásicas que eran así, y hoy día hay fabricantes minoritarios que lo siguen usando en cuadros de titanio -que permite más elasticidad que el aluminio y el acero- con cortísimos recorridos de dos o cuatro centímetros. Ahora, con la llegada de la fibra de carbono, un mundo nuevo se abre frente a los diseñadores de cuadros, y los de Cannondale han hecho muy bien su trabajo, pues no sólo han extraído 8 cm de recorrido a una softail, sino que han construido el cuadro de doble suspensión más ligero del mercado, sólo 1.550 gramos con amortiguador. Por eso le resulta tan fácil hacer una bici ligera.
Pero es que, además la bici funciona de puta madre.
Al principio era raro, absorbía un poco, sí, pero no era el colchón que supone rodar sobre la Top Fuel. Esto no es malo per se, pues como contrapartida pedalea más eficientemente. No nos engañemos: salvo bloqueo total, TODOS los sistemas de suspensión contaminan el pedaleo y nos roban energía. Pero no todos los sistemas lo hacen en igual medida, tienen sus pros y contras. Y como cada uno tiene un culo, pues no a todos los ciclistas le mola lo mismo.
La Scalpel, el escalpelo, es un verdadero bisturí que se desliza justo por donde quieres que vaya, corta el sendero espectacularmente, avanza al ritmo que imponen tus piernas, y cuando la cosa se pone rápida y cuesta abajo es cuando sale su lado oscuro, una capacidad de absorción difícil de atisbar cuando uno comprueba lo dura que está la suspensión en parado. Increíblemente, cuando he parado, he podido comprobar que sólo he usado la mitad del recorrido... el potencial del bisturí es grande, y regulando el amortiguador preveo que se pueden hacer cosas espectaculares.
La fotoprueba del paseo:
Insinúo que hiede... pero es una broma. La foto buena es la siguiente. |
Ahora sí: es una bici OK total, aún con la vulgar Fox puesta ahí delante. |
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