domingo, 18 de marzo de 2012

Singletrack fury: el ODIO

Siempre digo que me gusta montar en bici. Quizá me quede corto con tal afirmación, pues la verdad es que lo adoro, que supongo es un nivel superior de disfrute, alabanza y catalogación adjetivadora.
Tengo hoy por hoy siete bicis, unas modernas, otras clásicas, todas significan algo para mí -eso seguro-. Y no tengo más por estar limitado, ya me entienden. En otro caso tendría, con total seguridad, entre veinte y treinta, y daría uso a todas ellas.
Queda claro, pues, que me agrada montar en bici, en prácticamente todas las circunstancias posibles... aunque siempre he despotricado contra una actividad concreta, que, además, tiene curiosamente muchísimos miles de seguidores. Es la modalidad conocida por pisteo puerco. Lo peor. No comprendo quien pueda encontrar hacer eso como algo divertido, una forma de pasar el tiempo agradeblemente en el fin de semana, o ni siquiera un deporte que, como aprendí viendo la magnífica serie "Búscate la vida -Get a life-" debe ser, por definición, divertido: el deporte es diversión!!!

Bien, al grano: cójase una muntanbaik, diríjase a un carril o pista lo más rectilínea posible, con poca o ninguna inclinación a favor o en contra, con el terreno compactado, o como algo atrevidísimo un poco de gravilla. Puede aparecer algún tramo de asfalto, lo que es bien recibido por sus practicantes. También es recibido con albricias y alboroto el viento a favor, por supuesto.

Bueno, pues este fin de semana estuve pasándolo en Dos Hermanas, territorio que, como he podido comprobar, por su orografía circundante, se presta mucho a esta horrible actividad. Me descargué una ruta del Endomondo, después de buscar infructuosamente en Wikiloc con la aplicación del gayfón. Vale, algunos consideran que Wikiloc es mejor; yo creo, sin embargo que tienen mucho potencial, sobre todo por su enorme base de datos, pero la interfaz de la aplicación para smartphone aún tiene bastante que mejorar, sobre todo la velocidad de carga y descarga, que fue lo que me hizo decantar por buscar una ruta en Endomondo. Finalmente, decidí recorrer unos cuarenta km en dirección a Los Palacios y vuelta en ruta más o menos circular. La ida fue medio bien, aunque ya empecé a aburrirme. Pero la vuelta ha sido lo peor, terrible, very awful.
Como no tengo soporte para el gayfón en el manillar, tenía que ir sacándolo -el gayfon- en cada cruce o intersección para ver el plano. Aún así, me he desviado dos veces, una de ellas llegando a la entrada de una finca y teniendo que vólverme hacia atrás y desandar  un par de kilómetros... Ha sido un poco raro, hacía mucho que no me perdía. Pero, entre la orientación del Sol y ayudado por el GPS del gayfón, conseguí retomar el itinerario correcto, pero entonces aparecían interminables rectas con fuerte, y digo FUERTE, viento en contra. Diossssss, menuda puta hez.
Al final parece que me acerco a una zona resguardad por campos tupidos de olivos, aunque el suelo cambia de pista de tierra a asfalto puro y duro -los tacos de mis ruedas se resentirán, pero es lo que hay-. Un poco de calma, doy una curva, y aparece el mastín más grande que jamás vi, persiguiéndome ladrando como un loco. Además era negro el jodío. Me recordó a Cujo, aquel perro de la novela de Stephen King. Hasta cuatro veces tuve que poner pie a tierra porque creía que se me abalanzaba. Al final lo ahuyente de un par de pedradas. No era tan fiero, o yo lo soy más. Bueno, tengo que decir que no es mi primera experiencia con perros, y ya sé cómo manejarlos, jojojojo.
Para no aburrir más, les dejo estas instantáneas que tomé en un momento que paré a marcar el terreno con orina, como debe ser:

Hierraco cercano a cumplir veinte años. El manillar canta la Traviatta, pero es tan, tan cómodo...
Un tipo feliz, a pesar de todo
Llanicie, o planura, con hierba planta -supongo que será algún cereal-. Kona Fire Mountain '93
Ahora, como apartado técnico, les contaré un secreto, o truco, para aquellos osados a quienes les guste la magnífica estética de las bicis de antaño, con esos delgados tubos de acero y sus horquillas rígidas, bicis para tipos duros. Si usted está acostumbrado a usar bici con suspensión delantera, montar en una rígida total puede suponer un shock total hasta el punto de pensar que ha cometido el error más grande de su vida. No se desespere, dele una oportunidad, plantee sus rutas de otro modo, eliga otro terreno, cambie la perspectiva, abra su mente. Pero lo que finalmente le hará gozar de verdad será llevar la presión del neumático delantero más baja de lo habitual, para que filtre todas esas pequeñas irregularidades que agotan nuestros brazos, hombros y muñecas. Es por ello que los que van en rígidas suelen montar gomas de 2'2 ó 2'3 pulgadas, con un buen balón que amortigüe.
Ahí queda eso. Para dudas o sugerencias, no escatimen tiempo ni esfuerzos en comentar.
Un beso.

2 comentarios:

  1. Me sorprende ver en su blog faltas ortográficas oiga: hay queda eso? O, ahí queda eso?... en fin, hoy tengo el culo dolorido de mi primera salida en bici desde q me rompí la clavícula....

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  2. Subsanado, pero que sepa que soy humano, incluso yo puedo errar, hoyga. Que lo sepa.
    Espero que sus isquiones vayan mejor.

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