Viva la Blanca Paloma, viva Reina de las Marismas, viva la Virgen del Rocío, viva yo.
Pasado y futuro en las máquinas, presente, y muy presente en los individuos. |
La toma corresponde al domingo, con mi fiel colega e insustituible ideólogo, el implacable y genial Julen, el hermano que nunca tuve.
Almonte es el centro dominante del Rocío, su término municipal es grande, y abarca hasta la playa de Matalascañas -que quiere la independencia como municipio, pero, claro, Almonte no va a dejar escapar esa mina tan fácilmente-. Entre Almonte y El Rocío hay zona protegida, paraje natural, terreno lleno de pinos -o sea, pinares-, y algún que otro eucaliptal -terrible, odioso y maldito-. Hectáreas y hectáreas de pistas, carriles y cortafuegos, la famosa Raya y, sobre todo, arena, mucha arena.
En verdad, es el antimountainbike, sobre todo por la ausencia del principal y distintivo dato que ilumina la creación del término: la montaña. No hay montaña en Almonte, ni siquiera cuestas dignas de ese nombre. Sólo hay interminables rectas en medio de los pinares, que comunican pequeños núcleos casi deshabitados, y accesos a unas pocas fincas.
Sinceramente, si yo viviera en Almonte, supongo que jamás se me ocurriría dedicar a pasar mi tiempo libre sobre una bici todo terreno. Pero como dijo el torero: "hay gente pa tó".
Pues el domingo se organizó una cita por parte de los organizadores de la ruta cicloturista "Doñana Natural", que desde hace pocos años se lleva a cabo por esos parajes durante el mes de Marzo. Son unos tipos muy simpaticos, abiertos y generosos, como buenos almonteños. No se queden ustedes, por favor, con los tópicos derivados del -para mí- lamentable espectáculo del salto de la reja y posterior meneo severo del trono de la Virgen que siempre se ve en el telediario de las tres de la tarde. No. Son gente dispuesta, amable, fuerte, risueña.
Nos quisieron enseñar el trazado de la ruta de este año, que por primera vez adquiere tintes competitivos y entra dentro del circuito provincial. Se supone que lo han hecho más técnico y duro. Se supone.
Yo lo único que he visto es arena, bancos de arena que te dejan clavado y te chupan la energía mágicamente, y también interminables y aburridas rectas. Lo peor.
Imagen del trazado que yo hice, que no es el completo de la futura prueba ya que vi el cielo abierto cuando se propuso por alguno dar la vuelta hacia los coches con la excusa de que había que estar en Sevilla para la hora de comer:
¿Ven alguna montaña?
En fin, que entre el antimuntinbaic y que este año no hay maillot de regalo, va a ir El Tato este año.
Ahhhh, qué ganitas tengo de estar fuerte de verdad para empezar a subir a la sierra a hacer enduro, verdadero MTB, para auténticos ciclistas de las piedras, las raíces, las cuestas y los descensos.
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