miércoles, 6 de abril de 2011

reborn: ¿cambios?

Y un buen día me dieron el alta hospitalaria, hace justo tres semanas.
Todo pasaba deprisa. Al día siguiente de llegar a casa me afeité tras casi 20 días, y me di una ducha digna de dicho nombre. Pude observar en el espejo del cuarto de baño mi delgado cuerpillo, mi tez pálida.
A partir de ahí, mejoraba por dias, o eso quiero creer. Recuerdo la primera vez que fui al WC a obrar, y tardé una eternidad. ¿Esto es lo que me espera?, pensé. Pero en un par de días y me iba dando cuenta de que todo iba saliendo más y más fácil: desplazarme con el andador y las muletas, moverme en la cama, sentarme y levantarme de la taza del váter, comer junto a los míos... en fin, gestos cotidianos que suponían más y más barreras para mi recuperación. O, visto de otro modo, eran pequeños retos que constituían la base de mi recuperación.
Cada 24 horas me percataba de que me ponía más fuerte, y enseguida puse un par de kilos de los más o meos diez que perdí en la 320.
Mi rutina diaria de "ejercicios", consistente en flexionar la rodilla hasta el límite del aguante del dolor, extender la pierna contrayendo el cuádriceps, flexiones de bíceps femoral, ejercicios para los gemelos, algún que otro estiramiento, todo ello iba dando sus frutos, sin duda. El doctor me felicitó cuando fui el lunes a la revisión por ello. Pero también me dijo que nada de salir a pasear con las muletas, y que utilizara el sentido común -¿sería algún tipo de indirecta?-.
Debo seguir igual durante tres meses más.
Mientras tanto, el entretenimiento con el que me distraigo más es con la lectura. Junto a mi sillón favorito me he colocado una pequeña mesita auxiliar en la que se amontonan libros prestados, regalados recientemente, y otros propios que estaban en lista de espera:


¡TRES MESES MÁS! Noventa días mal contados haciendo exactamente lo mismo. Y sigo sin dormir bien por las noches, aunque me vaya quedando dormido por cualquier esquina durante el día. Y hoy me afeito, y me doy cuenta al verme en el espejo que se me notan todas las costillas, y que mis brazos son la mitad de lo que solían ser. Ya no pongo peso, supongo que hay que esperar a volver a mi actividad plena, y hacer deporte a lo bestia para empezar a notar más cambios.
Mis hijos se han acostumbrado rápidamente a tener un padre que ya no sale de casa, y que no puede alcanzarle aquel juguete en lo alto del armario, o que, simplemente, no puede subir las escaleras para darles el beso de buenas noches como hacía cada día antes del suceso. Ahora son ellos quienes me lo dan a mí.
Día tras día, mi limitador se los lleva a inglés, o a baloncesto, o al parque de la esquina, por las tardes, y me quedo sólo durante dos, tres horas, intentando encontrar algo decente en la caja tonta -tarea imposible-, o yéndome a la cama a descansar -teniendo mucho cuidado para no quedarme dormido-.
Y hay muchos momentos en que me pregunto cuál será el próximo cambio en mí, y cuándo vendrá. Cada vez tardan más en aparecer, es lo normal porque al principio se va muy rápido. Ahora sólo me queda esperar acontecimientos. Tres meses dan para mucho, y espero estar alerta para no caer en la depresión, o la rutina devoradora, como le ocurre a muchos en mi situación.
Bueno, ahora les dejo, que me tengo que pinchar la eparina...

3 comentarios:

  1. ÁNIMO, QUE AUNQUE TÚ NO TE DES CUENTA DE LOS CAMBIOS SEGURO QUE SE ESTÁN PRODUCIENDO.
    TRANQUI AMIGO, NO DECAIGAS . NO ME HA GUSTADO NADA ESTA ENTRADA. ES LA PRIMERA QUE TE VEO BAJO DE ANIMOS.
    YA MISMO ESTAMOS DE SENDERISMO POR LA SIERRA.
    UN ABRAZO

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  2. sergi v7.4.11

    No veo el libro de Joe Dispenza, y apostaria que en tu farmaciola tampoco encontraría los remedios homeopáticos...tu verás!!
    De todas formas, Mucho Animo!!

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  3. Dani: no te preocupes, quizá se refleja un estado de ánimo que no se corresponde con el global. Pero ten en cuenta que la mente es algo complejo, y en mi caso las ideas van y vienen un poco alocadamente. Ahora estoy bien, y dentro de un par de horas empieza a dolerme la pierna porque cambia el tiempo, y rabio a más no poder. Es inevitable, y además imposible estar al 100% las 24 horas.
    Sergi: recuérdeme quién sea el tal señor Dispenza, pero le aviso que los libritos de autoayuda no van conmigo, eh. También estoy muy interesado en sus remedios para mejorar la consolidación -su mensaje fue inexplicablemente borrado de mi pc-. ¿Me recomienda tomar muchos lácteos, o eso es una gilipollez propia de tiempos pasados? ¿Qué me dice de nervios pillados que producen hipersensibilidad en la planta del pie y en el gemelo? ¿Ein? ¿Algún remedio casero para mitigar los lamentables efectos?

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