La inspección vehicular fue atendida con puntualidad germánica, digna de elogio, envidia de cualquier otro servicio público. Se ve que, ciertamente, hay crisis y va mucha menos gente... otra explicación no se me ocurre.
Como había acordado con el Mandahuevos, le llamé, más o menos a las 17 horas, sin resultado favorable. Y es la segunda vez que me deja tirado en lo atinente a cuestiones de velocípedos en lo que va de año. Da igual, ¿quién dijo miedo? El plan era el plan, y yo seguí adelante.
A las 17'15 estaba ya en el puente sobre el río Odiel, girando y girando el pedalier, mientras los pedales, impulsados por mis pies como dos satélites que orbitan sin cesar, vuelta tras vuelta, vuelta tras vuelta.
Mis muslos suben y bajan, cual pistones incasables; mi culo podría ser el cigüeñal, firme y cómodamente asentado en el sillín San Marco réplica US Postal como el que usó Lance en el Tour.
Camino de Malpica hasta el final, en el Karting de Cartaya, y vuelta hacia El Rompido -con el viento a favor, ha sido una experiencia molona rodar con el piñón chico a toda hostia, en serio, A TODA HOSTIA-, luego por El Portil y más allá, El Cruce, y vuelta de nuevo por el carril bici donde tomé estas dos instantáneas con los últimos rayos de sol:
Lo bien que se porta la jodía, a pesar de ser una viejuna total |
Póngase ud un piñón fijo, quítele el cambio y los frenos y sabrá lo que es volaaaaaar!
ResponderEliminarSí, pero en plancha. Perdone, don Sergi, prefiero conservar los piños en su sitio. Lo del fixie es una frikada muy seria y perniciosa, una moda que caerá por su propio peso. Son bicis preciosas, no lo dudo ni lo niego, en este mismo bloc encontrará muchas fotos de ellas, pero son tan peligrosas que deberían estar prohibidas.
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