Klein

Y no me refiero a esa macarrada de los calzoncillos de Calvin. Eso, aquí, NUNCA, oigan, que todo tiene un límite, incluso pará mí.

Gary Klein, en cambio, es un referente, un guía, un gurú para muchos. Este señor, mientras estudiaba ingeniería en el MIT -el que no sepa lo que es el MIT, debería caérsele la cara de vergüenza, y como mínimo tirar de wikipedia para ponerse un poquito al día-, allá por 1973, o sea, hace casi cuarenta tacos ya, decidió que una bici de montaña, si se hacía de aluminio con los tubos más gruesos, lo que vendría a denominarse "oversize", sería no sólo más ligera, sino más resistente, rígida y eficaz, que una del entonces usual acero.
El tiempo le dio la razón, y esa idea se convirtió en el estándard de la industria muntanbaiquer, y alcanzó a otras categorías y disciplinas.
Otras muchas ideas geniales aplicables al mundo del ciclismo vendrían más tarde, siempre de la mano de su propia marca que, obviamente, se llamó KLEIN, como la dirección integrada, los rodamientos tipo "ahead" sin rosca -threadless-, los rodamientos embutidos en la caja del pedalier, los cables por el interior del cuadro para mayor limpieza de líneas, las punteras traseras de entrada para la rueda trasera para dotar de mayor rigidez a la patilla del cambio... La lista es tan larga como impresionante, llena de ideas tan sencillas como absolutamente prácticas, eficaces, bonitas... y caras, porque sus modelos más emblemáticos no eran precisamente baratos, pero sí que eran cojonudos, en serio.
Por desgracia, Gary vendió su marca a Trek en el año 1995, y su fabricación pasó oficialmente a la sede de Wisconsin de Trek en el año 2002. Ahora G.K. se dedica al diseño y construcción de telescopios, que muy poco o nada tienen que ver con las bicis.
Es una pérdida importante, sin duda, al menos para los amantes de lo bien hecho, de la genialidad y de la pasión por el detalle.
De paso,  por si fuera poco, Klein USA decidió en 2005 que ya no distribuiría sus bicis fuera de aquel país, excepto a Japón.









Y paro ya, creo que es suficiente. Bicis tan bonitas no se ven normalmente, de hecho, yo no las veo nunca.