Menudo sindiós de fotograma, oigan!!! Primero, a ver qué cojones pinta la tipa esa, con tanta silicona, ahí puesta. Después, el que le coge el culo. Por detrás, arriba a la derecha, Miguel Indurain descojonado, y entre los dos, otro ciclista con una gorra de visera gigantesca. La escena es tan curiosa como grotesca, simpática y única. Y lo mejor fue que había un fotógrafo allí para captarlo todo:
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