martes, 18 de enero de 2011

Singletrack fury

Estreno estelar de la titánica Hei Hei.

Mi primer bici de tan noble material, y ya he podido comprobar en mis propias carnes todo lo que decían de él. No sólo aguanta el paso del tiempo como si la cuarta dimensión no existiera para él -no se oxida, no sufre tanta fatiga...-, sino que consigue un tacto muy, digamos, dulce. Es más absorbente que un cuadro de alu, incluso más que uno de acero, diría. Y realmente tiene una tracción bestial en subidas pedregosas, que eso no lo sabía, pero debe estar relacionado con lo anterior.
Ya mientras lo montaba, y debido a los golpes que tuve que atizar con el martillo de goma en las bielas para que entraran bien en los ajustados rodamientos del pedalier excéntrico, me di cuenta del "efecto diapasón", se quedaba vibrando sostenida e indefinidamente, cual una campana o algo así, una vibración de alta frecuencia que recorría todo el cuadro, y muy difícil de parar. Es por su elasticidad. Muy guay, por supuesto.

Otro momento inmortalizado mientras medito vaya usted a saber qué:

Y esta, con muy poca luz y el sol bastante bajo, acabando la jornada, a unos dos kilometrillos del coche:


Y por último, unos bocaditos de calidad para que vean lo bonita que es:






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