Porsche Cayenne, VW Tuareg, Tiguan, Audi Q7, Q5, BMW X5, X3, X1, Mercedes ML, GL, GLK ...
Uno quiere un buen coche para viajar, rápido, cómodo y seguro, pues se compra una berlina.
Que quiere un coche más espacioso, pues píllese un modelo familiar.
Que quiere un coche para pasar por una pista forestal o ese carril hasta la finquita, para eso hay estupendos coches de tracción integral levemente levantados.
Que quiero un coche para pasar por una pista forestal o ese carril hasta la finquita, y además espacioso: adelante, pruebe una de esas rancheras 4x4 familiares, y se sorprenderá de hasta dónde puede llegar, con total comodidad, seguridad y facilidad.
Y luego, en el día a día, en la calle, en la carretera, en el garaje subterráneo, en la puerta del colegio, a la hora de pagar el seguro, la reparación, la revisión... en el cien por cien de la vida útil que hará con su vehículo, es infinitamente superior, mejor, más aprovechable, económico, seguro, rápido, eficaz, que uno de los tan de moda SUV.
Afortunadamente, la crisis que nos acompaña desde hace dos años ha hecho caer en picado las ventas de esas inmundicias sobre ruedas. Eso, unido a las despreciables corrientes ecologistas, están haciendo que las tornas se hayan vuelto, y hoy se mire con malos ojos a aquél que ostenta un bicharraco de esos, grande, pesado, contaminante, inútil, signo exterior de poderío económico y desprecio absoluto por todo aquello que le rodea que no sea su propio ego.
La repugnancia, casi la náusea, es en mí cada vez que veo un trasto de esos, con su orgulloso y prepotente amo al volante.
Mejor adquirir un Audi A4 Avant, o su versión 4x4, el Allroad:
Un Skoda Octavia Combi RS, si no queremos salir de VAG:
Aunque me molan más los Subarus, el Legacy y el Forester:
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