Todos tenemos un trabajo, por desgracia. Y los que no lo tienen, desean tenerlo, no por el trabajo en sí, sino por lo que podemos hacer después con lo ganado. Es nuestro sino, punto.
Y en el tranquilo pueblecito Unalaska, al que pertenece el puerto de Dutch Harbour, en Alaska, no son una excepción.
Cada mes de octubre, se reunen 250 barcos en el puerto Dutch Harbour de Alaska, esperando salir a la pesca del cangrejo real, uno de los grandes premios del océano. Las recompensas de una temporada exitosa pueden ser inmensas.
Pero los riesgos también son enormes. En todas partes los pescadores tienen los trabajos más peligrosos del planeta. En Europa, tienen 50 veces más probabilidades de morir mientras trabajan que si desarrollaran cualquier otra profesión. El clima extremo en el mar pone a estos hombres prácticamente en un constante peligro de ahogo, hipotermia y lastimaduras graves con las redes, las sogas y el equipamiento pesado. Y cuando las poblaciones de peces y mariscos decrecen, se ven forzados a viajar lejos de sus casas con la esperanza de llenar sus congeladores, a menudo exponiéndose durante semanas al clima más severo del planeta.
Los pescadores de cangrejos de Alaska están entre los más expuestos al peligro en su tipo. La temporada de pesca es corta — tal vez tan corta como de cuatro días, y rara vez de más de doce. Pero en esas pocas jornadas frenéticas, deberán soportar olas de 12 metros, vientos de 130 kilometros por hora y el riesgo constante de ser golpeados por una oscilante trampa de acero para cangrejos de 318 kg de peso. Son comunes los turnos de 20 horas, por lo general en temperaturas bajo cero, y sobre cubiertas resbaladizas que cabecean constantemente en ángulos peligrosos. Casi cada pescador de cangrejos de Alaska regresa a la costa con alguna clase de herida: manos y dedos aplastados, y costillas y extremidades rotas. Y en los peores accidentes la gente muere: más del 80% ahogados, como resultado de haber sido arrastrados por la borda, a causa de los mares increíblemente violentos.
Un ejemplo:
Condiciones brutales:
Por último, el peliagudo asunto de las olas:
bueno bueno...no lo veo tan grave, tendran sus seguros sociales al dia, sus buenos sueldos y incluso vacaciones pagadas en hawai.
ResponderEliminarHay peores condiciones laborales:
las putas de 11 o 12 años del sudeste asiatico.
los mineros de coltan del congo de 8 a 12 años
los sicarios colombianos y mejicanos de 13 años
Los pajilleros del Arny de 15 años
etc etc etc
dicho esto el asunto me ha parecido pintoresco y hasta interesante.
como siempre anonimo!!!
Seguro que esto se comercializa como deporte de riesgo y triunfan
ResponderEliminarSus comentarios, como siempre, acertados y oportunos, sí.
ResponderEliminarDe sueldo, si la pesca es buena, que casi siempre lo es, un emarinerito raso puede sacar en un mes unos 100.000 dolares. ¿Flipa usted? Bueno, luego se pega 11 meses en el dique seco, nunca mejor dicho... y eso sólo si te escogen, que hay puños para entrar en una barcaza de esas.