Llámenme perturbado. Lo acepto.
En ocasiones encuentro pictogramas de teutonas modificadas para circular por fuera del asfalto, con más o menos gusto y/o clase, más o menos acierto, pero siempre, siempre, con encanto.
¿Quién sabe? Puede ser la edad, puede ser los kilómetros. Puede ser que paso de muchas cosas ya. Y otras me importan más que nunca. Puede ser.