En cambio, Zero Dark Night es todo lo opuesto: aburre hasta la saciedad, no tiene argumento, el guión es de pena, y el desenlace, por previsto y sabido, totalmente carente de emoción o sorpresa. En resumen, las dos horas y media peor empleadas de los últimos meses, lo que es mucho decir. No se la recomiendo a nadie, salvo, claro está, a los norteamericanófilos de turno, y por ello, porque el tema huele a venganza cinematográfica para mayor gloria de los cuerpos de inteligencia y de asalto de EEUU, uau, america powah, estoy seguro de que alguna estatuilla se llevará, lo que indicará una vez más lo indicativo del glamour de Jólibu. No le dedico ni una línea más a este bodrio, ni pogo pictograma de ello. Incalificable.
Por otro lado, ese actor tan irregular como simpático y cercano en su vida fuera de la pantalla, antaño sex symbol de quinceañeras, me devuelve la fe en el Séptimo Arte con Jack Reacher, un thriller en toda regla, con dosis de acción que entretienen, frases acertadas y humor ácido a ratos. El cócktail idóneo para una noche de lunes mientras descanso mi cuerpo del tute del fin de semana. Cerca, aunque no de una intensidad tan brutal como Collateral, es un filme entretenido, con un guión digno de ese nombre, algún que otro giro inesperado y presenta un esquema que se completa con la aparición de algunos actores consagrados como valores seguros. Basada en una serie de novelas de Lee Child, obviamente espero que haya secuela y/o precuela, que desde luego iré a ver. Un 7´5 es lo mínimo que se puede otorgar a esta obra que se sale de lo común por mezclar temas, y que me ha recordado un poco a las pelis de Harry el Sucio, convenientemente pasadas por el tamiz del tiempo y adaptada al gusto del público actual.
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