lunes, 22 de septiembre de 2025

Miura

Lamborghini siempre estuvo de moda, y nunca es tarde para recordar un momento histórico de la marca relacionado con España. 
Otoño de 1968. Finca Zahariche, en Lora del Río, Sevilla. De pie, con traje negro, Ferruccio Lamborghini junto a Eduardo Miura, patriarca de la famosa ganadería.  No adivinaríamos quién es el listo, Ferruccio o Miura. El primero tuvo la idea de ponerle a sus modelos (excepto a tres)  nombres relacionados con los toros.



 

Ciencia para despistar, leer cuesta


El "diccionario climático": ciencia de escaparate, dogma de fondo

-De la "emergencia climática" a la "descarbonización": cómo un glosario oficial convierte hipótesis en consignas políticas.

El Diccionario Climático publicado por el gobierno de Sánchez asegura acercar la ciencia a la ciudadanía. Sin embargo, introduce términos como "emergencia climática", "negacionista", "descarbonización" o "cero emisiones netas" como si fueran verdades científicas inapelables. En realidad, son categorías políticas y comunicativas, diseñadas para condicionar la percepción pública. 

Pero no se llamen a engaño, P.S. no es ningún genio, esto no lo ha inventado él: se lleva haciendo desde hace décadas. Crear miedo sobre el tópico de "nos estamos cargando el planeta" se lleva haciendo décadas, y es una excusa cojonuda para manejarnos, como se deja bien claro en este artículo.

La ciencia climática trabaja con probabilidades, incertidumbres y escenarios, no con determinismos absolutos. Transformar esos escenarios en "emergencias" o "puntos de no retorno" no refleja el método científico, sino una estrategia de comunicación alarmista.

El término emergencia implica, en medicina o ingeniería, un riesgo inmediato y verificable que requiere acción instantánea. Sin embargo, en el clima existen proyecciones probabilísticas sobre escenarios futuros. Convertirlas en una "emergencia global permanente" no responde al rigor científico, sino a una estrategia retórica, a un acto político.

Un estudio recientemente publicado en PNASrevela que un enfoque excesivamente alarmista no siempre impulsa la acción, y muestra como discursos cargados de miedo pueden provocar desmotivación o bloqueo, no compromiso real.

- "Negacionista": del escepticismo legítimo al anatema

El diccionario también recurre al término negacionista, usado para descalificar a quienes cuestionan el consenso climático oficial. La Real Academia Española (RAE) define negacionismo como "Actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto". Extender esa etiqueta a ciudadanos o científicos críticos no es un error inocente, sino una manipulación deliberada del lenguaje con fines estigmatizantes.

El lenguaje es importante. Las cosas no se pueden decir de cualquier manera, y el uso de las palabras adecuadas en el momento justo, puede tener un efecto sorprendente. Quien domine el relato, acaba dominando la historia, y ya lo dijo Pablo Iglesias, "el coletas": no importa el dato, sino el relato. Es un arte que la izquierda siempre ha dominado a la perfección, ante la pasividad o incapacidad de sus adversarios políticos. Los que nos mantenemos a cierta distancia del organigrama de la partitocracia, quienes, como yo, hemos pasado de la indiferencia al asqueamiento más nauseabundo, no podemos comprender cómo en la sociedad actual, ya bien entrado el siglo XXI, se nos puede manipular de forma tan burda y salvaje sin que nos demos cuenta. Y lo peor, que una vez descubierto, no hagamos nada.

Desde la London School of Economics, un informe advierte que etiquetar voces divergentes con expresiones como "negacionista" o "alarmista" refuerza la polarización y debilita el diálogo constructivo, en lugar de promover una discusión racional. Otras, investigaciones recientes muestran que la repetición de estas etiquetas moldea la percepción pública y fomenta la autocensuraen el ámbito científico.

El resultado es claro: no se trata de describir, sino de silenciar la discrepancia y blindar el dogma climático.

-Descarbonización: el absurdo de borrar el carbono

En documentos del IPCC y la Agencia Internacional de la Energía (IEA), la descarbonización significa reducir las emisiones de CO₂ derivadas de los combustibles fósiles.

El glosario la eleva a proceso inevitable. Pero el término confunde. Viene de carbo (carbón) y en química se asocia al grupo carbonilo del CO₂. Pero traducido al lenguaje común, suena a "eliminar el carbono" en general, algo imposible y absurdo, porque el carbono es la base de la vida: está en el ADN, en las proteínas y en la fotosíntesis que sostiene los ecosistemas.

Los registros geológicos lo prueban: durante el Mesozoico, los niveles de CO₂ eran tres a cinco veces superiores a los actuales, y la biosfera experimentaba una explosión de biodiversidad.

Asimismo, durante el Cámbrico, hace más de 500 millones de años, las concentraciones de CO₂ alcanzaron entre 2.000 y 4.000 ppm, es decir, hasta diez veces los niveles actuales, coincidiendo con la explosión Cámbrica de biodiversidad.

Hablar de "descarbonizar el planeta" es químicamente absurdo y biológicamente imposible.

-"Cero emisiones netas" y "sumideros de carbono"

El glosario fija como meta el cero neto en 2050, confiando en los sumideros naturales. Sin embargo, el informe State of the Climate 2023 de la NOAA, muestra que estos sumideros ya no absorben CO₂ con la misma eficacia que en décadas pasadas.

Las tecnologías de captura, como DAC y BECCS, siguen siendo marginales: un estudio en Nature Climate Change advierte que la mayoría de proyectos previos han fallado en escala y viabilidad. Además, expertos estiman en Frontiers in Climate que para 2050 estas técnicas cubrirían solo un 25 % CO₂ que habría que retirar de la atmósfera, muy lejos del objetivo político.

Prometer el "cero neto" no es ciencia: es una utopía política disfrazada de inevitabilidad.

- La geología incomoda al relato

La geología demuestra que grandes cambios climáticos —glaciaciones, periodos cálidos o eras frías— ocurrieron mucho antes de la industrialización. Factores como los ciclos orbitales de Milankovitch, la actividad solar y la tectónica de placas han sido motores del clima durante millones de años. Así lo confirman registros sedimentarios que muestran cómo los ciclos orbitales modulaban el clima en escalas milenarias.

Reducir la complejidad climática a una sola variable —como las emisiones de CO₂ de origen humano— es una reducción excesiva y engañosa de la historia natural del planeta.

-Ciencia convertida en propaganda

Todas estas expresiones —emergencia climática, negacionista, descarbonización, cero emisiones netas, sumideros de carbono— no buscan describir la realidad, sino condicionarla. El Diccionario Climático no es una guía pedagógica, sino un manual de propaganda, que sustituye la incertidumbre propia de la ciencia por certezas políticas prefabricadas y transforma un debate abierto en un discurso blindado.

La verdadera emergencia no es climática, sino intelectual (y eso es muy triste). El riesgo no está en las tormentas ni en los glaciares, sino en el uso de un lenguaje cuidadosamente diseñado para restringir la crítica y moldear el consenso.

Cuando la ciencia se reduce a consignas, la sociedad no progresa en conocimiento: retrocede hacia el dogma. Y frente al dogma, la única respuesta posible es la crítica, el rigor y la libertad de pensamiento.


Fuente: artículo de Ana Sánchez, www.libertaddigital.com
En cursiva algunas aportaciones mías.

domingo, 21 de septiembre de 2025

Gravalismo para retomar

Cuando los caminos están secos y polvorientos, la arena se convierte en sucesivas trampas sobre las que es imposible avanzar, y los invertebrados inundan los estrechos senderos en las primeras horas de la mañana, prefiero hacer carretera, y así lo he hecho durante junio, julio y agosto. 
Ahora hace un poco menos de calor, y empiezo a pisar tierra con mi engendro 69er seudopacker CX, antes monstercross. 
La Kona Explosif es una bici camaleónica que ha cumplido a la perfección en cada loca idea que aplico en ella. Me gusta. 




 

martes, 16 de septiembre de 2025

Preparando la temporada


Se va acabando el verano, hay que ir pensando en la nueva temporada off-road, y la TTR tiene algunas cosillas pendientes, como el amortiguador, que necesita una revisión urgente en manos de un profesional, si quiero disfrutar del rendimiento que se espera del fabricante. 
Para ello, tras un poco de ensayo y error, al final me di cuenta de que sólo es cosa de tres tornillos el poder extraerlo, y no hubo que desmontar subchasis (con todo lo que ello implica, bufff, menos mal).

Yamaha es accionista mayoritaria de la marca sueca

Pasando al apartado de motor, para curarme en salud decidí revisar el juego de las válvulas. En esta moto es un juego de niños, sólo hay que quitar el depósito y la bujía. 


Un sistema fácil de ajustar a base de tornillo y contratuerca, para un motor que no funciona muy revolucionado, es más que fiable.



 Pasé un ratito entretenido, me gusta la mecánica zen.