A todos los que aprendemos kitesurf nos ha ocurrido no sólo una, sino muchas veces. Intentas ese truco, o movimiento, o postura, y no hay manera de que salga.
Lo has probado todo, y descubres que hay días que sale y otros no. Preguntas a tus colegas del viento, ves miles de videos en yutuf, ojeas foros temáticos, asaltas y haces echar humo al google…
Es inútil. No consigo alcanzar el secreto. Porque tal secreto existe, y de repente, un día, lo descubres.
Ya tuve un atisbo cuando me empecinaba en aprender a ir toeside, postura contraria a la habitual, consistente en navegar clavando en el agua el canto de los dedos en vez del canto de los talones. Obliga a una postura extraña, con el torso girado, y se hace difícil el manejo de la cometa por quedar la barra demasiado escorada. Es difícil al principio, y puede producir frustración su aprendizaje, tanto es así que muchos renuncian y siguen navegando con los talones durante toda la vida. Pero hacerlo toeside abre todo un mundo de nuevas maniobras y, ¡qué narices!: mola y es un reto técnico que hay que alcanzar si eres mínimamente inquieto.
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Buen toeside |
Para ir toeside hace falta, en primer lugar, cierta habilidad para cambiar de pies. Eso es así. Pero es más importante tener viento, y cuando digo tener, me refiero a ir con buena potencia en la cometa.
Sin potencia en condiciones, el hundimiento es irremediable.
Pronto, en cuanto uno aprende a dominar los giros sin caer al agua, comenzamos a dar pequeños saltos, buscamos las olas para usarlas de rampa, y antes de que te des cuenta estás cruzando la cometa a saco para lograr esos metros de elevación que hacen tan espectacular a este deporte.
Obviamente, como todo, hace falta un poco de ensayo y error, esperar a las condiciones adecuadas de mar, viento y abarrotamiento playero. No puedes tratar de subir cinco metros si apenas eres capaz de volver a la orilla sin derivar.
No se tarda en comprender los efectos de los meneos de cometa y sus consecuencias, y rápidamente saltas más y más y más, incluso en la dirección de tu lado malo (todos tenemos un lado malo y uno bueno), pero hay días que ves que no te elevas. Tus intentos quedan en meros amagos lamentables con extrañas posturas, y derivaciones gigantescas que obligan a esforzarte más de la cuenta para volver al sitio. Y un día, descubres dos cosas: a más velocidad, más altura; y a más viento, todo más fácil, rápido y potente.
Pasada la euforia de los primeros saltos controlados, vienen otras maniobras.
Como cometero de olas en potencia que soy, o al menos en espíritu, me gusta enfrentar una ola y girar justo delante de ella para surfearla, aunque sea tímidamente, en lo que supone un ejemplo magistral de regocijo y centaurismo náutico. La unión del empuje de la ola, el control de la potencia de la cometa, los giros cortando el agua y levantando espuma… puede convertirse en una sensación única y difícil de explicar. Y para ello hay que dominar otra técnica: el carving. Lo que hacíamos con el monopatín, o con la tabla de surf (quien lo haga o hiciera, claro), es aplicable al kitesurf, necesario diría yo. Implica la sincronización de una serie de movimientos de cadera, pies, cambio de centro de gravedad, movimientos bruscos y decididos de barra que se trasladan a cometas girando a toda velocidad generando energía que hay que dosificar… y todo ello mirando a la ola, de donde viene y hacia donde va, calculando velocidades, midiendo flotación, contrapesando el poder del kite. No lo podrás hacer sin un viento mínimo ni la potencia suficiente.
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Recorte extremo, muchas cosas de las que estar atento para efectuarlo. |
El viento y la potencia son tus amigos, te ayudarán en nuevos retos, pero no seamos estúpidos, hay trucos y trucos, y vientos y vientos, y condiciones diferentes de mar.
De todos modos, los días suaves son para pasear, dicen muchos. Yo creo que se puede pasear, sobre todo con cometas grandes de 15 ó más metros, pero con tablas unidireccionales tipo surf puedes sacar mucho jugo a una sesión.
Se trata, en definitiva, también, de sacar horas de vuelo. Todo vale, todo sirve. Echar horas en el agua cuando nadie más quiere o puede, puede ser gozoso, como he explicado en muchas entradas. Como dice el Gurú del Viento, también conocido como el Hombre que Susurra a las Cometas, hay que hacerse amigo de eso que está ahí arriba, del trapo. Hay que conocerlo, hay que saber dónde está y qué hace en cada momento sin tener que mirarla.
El secreto, claro, para pasarlo bien, es el viento suficiente, o el adecuado para tu material. Sin viento suficiente, sin la potencia mínima, no salen según qué trucos. Que quede claro y que no se me olvide nunca. Ni a vosotros.
Se trata, en definitiva, también, de sacar horas de vuelo. Todo vale, todo sirve. Echar horas en el agua cuando nadie más quiere o puede, puede ser gozoso, como he explicado en muchas entradas. Como dice el Gurú del Viento, también conocido como el Hombre que Susurra a las Cometas, hay que hacerse amigo de eso que está ahí arriba, del trapo. Hay que conocerlo, hay que saber dónde está y qué hace en cada momento sin tener que mirarla.
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Con las condiciones adecuadas y buena técnica, al alcance de casi cualquiera... |
El secreto, claro, para pasarlo bien, es el viento suficiente, o el adecuado para tu material. Sin viento suficiente, sin la potencia mínima, no salen según qué trucos. Que quede claro y que no se me olvide nunca. Ni a vosotros.